Eran las cinco de la mañana y Emilio de Alba, directivo del Cáceres Patrimonio de la Humanidad, cortaba chorizo ibérico.

-Estoy fundido, tío. Vaya paliza que llevo encima.

Pero toda gran alegría merece una gran celebración, eso es tan viejo como el mundo. Así es que a quien todavía le quedaba un mínimo de fuerzas decidió seguir con la fiesta de la permanencia en Cáceres, justo después de recorrer 300 kilómetros desde Madrid. Era complicado sentirse saciado por los, pese a todo, gritos, saltos, abrazos, besos, lágrimas (muchas, eh) y demás rituales de este tipo de momentos. Aquello no podía quedarse en el Pez Volador.

-Uf. No puedo más. De verdad. Pero nos lo merecemos. Lo hemos pasado muy mal.

Roberto Blanco le pegó otro sorbo a su cerveza («joder, no os acabáis de enterar que yo no bebo copas») y se puso a saborear otra vez los momentos que se habían vivido unas horas antes, con él como uno de los principales protagonistas. El entrenador placentino ha pasado de estar al borde de la destitución después de la derrota en Prat a convertirse en uno de los grandes rostros de la remontada del Cáceres, que ganó cuatro de los últimos seis encuentros para pasar del último puesto ex-aequo a la decimocuarta posición final en la LEB Oro.

El técnico se ha terminado ganando a buena parte de la afición por su espontaneidad y la descarnada humanidad que destila en sus comparecencias públicas. «Roberto Blanco, lo-lo-lo-lo-looooo»... Y eso que la mayoría no sabe que ha lidiado con una delicadísima úlcera en un ojo que amenazó con hacerle perder visión de forma irreversible. El apoyo de Irene Andrada, responsable de comunicación del club y su pareja, ha sido clave en los días más negros.

Pocos a atreverían a llamarlo «éxito», pero sí que ha sido una forma maravillosa de salvar los muebles, sobre todo por la movilización de seguidores que se ha conseguido en este momento tan complicado. A muchos les sigue importando este club, por mucho que la inercia de esta última época no haya sido muy entusiasta.

-Es que ha sido increíble. Nuestra gente ha estado fantástica. Cuando salimos a calentar y nos recibieron como nos recibieron, fue un subidón. Yo al menos supe que no podíamos perder.

Quien habla es Luis Parejo, uno de los dos jugadores, junto a Guille Corrales, que todavía aguanta el tirón. El capitán respira más aliviado que nadie: le horrorizaba la idea de que la temporada más feliz de su vida en lo personal, con el nacimiento de su hija y su inminente boda, el 22 de junio, estuviese manchada por un descenso. La pequeña Celia fue una de las protagonistas, perpleja ante tanto ruido y tantas sonrisas a su alrededor.

El futuro

El club ya está obligado a pensar en un nuevo proyecto que le mantenga alejado del sufrimiento al que se ha visto abocado durante toda esta campaña. Para ello hay que conseguir que el espíritu del Pez Volador se traslade al Multiusos, donde muy difícilmente se ha logrado durante los últimos años que el ambiente pasase de ser tibio.

La promesa es que se buscará dinero hasta debajo de las piedras para construir una plantilla mejor, que no necesite de los retoques casi a la desesperada que se han ido haciendo desde que las cosas empezaron a ir mal. Ahora todos reconocen que, con el equipo que se hizo en verano y algunas dificultades extra que surgieron desde el primer día, hubiese sido poco menos que imposible lograr la permanencia.

Entre las numerosísimas reacciones de felicidad que se registraron durante la noche del viernes y todo el sábado destacó la de Ñete Bohigas, el hombre al que sustituyó Blanco el pasado mes de enero después de cinco años y medio como entrenador del primer equipo. Aquello no acabó bien y a él, aunque sin renunciar a su militancia ‘catovi’, no le faltó una carga de profundidad: «Estoy inmensamente feliz por Cáceres y por todos los aficionados al baloncesto en mi ciudad. Hoy es un día para la alegría, mañana lo será para la reflexión. ¿No creéis que nos toca ya crecer? Yo estoy convencido», escribió a través de su cuenta de Twitter, especialmente activa desde que se incorporó a la candidatura de Ciudadanos al ayuntamiento.

-Vámonos ya, por favor.

Emilio de Alba lo consiguió finalmente. Pero, como diría Kase.O, esto no para. Hoy mismo el equipo junior empieza el Campeonato de España en Zaragoza. Blanco y varios miembros del club viajarán para apoyar a los chicos. Lo harán con la mejor de las sonrisas.