Roberto Olabe es uno de esos jugadores que cualquier entrenador querría tener. No es de extrañar que este joven donostiarra, cedido por el Atlético de Madrid al Extremadura, haya tenido minutos con el propio Cholo Simeone en alguna pretemporada. No es de extrañar porque por encima de lo individual, Olabe es un jugador de equipo. Y lo está demostrando en Almendralejo.

Este volante curtido en la recuperación de balones y con calidad para iniciar el juego, ha visto reconvertida circunstancialmente su posición a la banda durante la segunda vuelta. Ahí lo ubicó Rodri tras su llegada y ahí lo ha mantenido Manuel, aunque con algo más de libertad en el último mes de la competición.

«A veces, el futbolista es egoista y sólo piensa en su nivel, pero hoy día tiene que estar preparado para jugar en distintas posiciones. Este año es la primera vez que juego ahí y estoy aprendiendo mucho. Agradezco a los entrenadores todas las oportunidades», se confiesa.

Puede aparecer por cualquier banda y, en los últimos meses, ha aprendido a ser aún más llegador. Así llegó su gol clave en Málaga o las cinco asistencias que lleva (la última a Ortuño) que le convierten en el máximo asistente del Extremadura esta temporada.

Olabe vuelve a sonreir con la llegada de Manuel. «Le ha aportado ese coraje y raza que parece ser que tenía como jugado y lo ha plasmado a la perfección en la plantilla. Es un buen tipo», opina el jugador, indiscutible para el técnico gallego.

El centrocampista sabe que ante el Zaragoza será un partido «muy difícil porque sabemos del potencial que tienen. Claro que miramos los calendarios, pero ahora lo importante es vernos a nosotros mismos y mejorar cada día», apostilla.

El Extremadura continúa preparando el choque ante el Zaragoza. Lo hace con una afición entregada que volverá a llenar el Francisco de la Hera.

En el rival, Competición confirmó ayer las sanaciones de Eguaras y Guitián, bajas sensibles para viajar a Almendralejo.