Con 26 años sigue teniendo cara de niño bueno, pero bastan 30 segundos de conversación para darse cuenta de la inmensa madurez de Houssame Benabbou (Oujda, Marruecos, 25 de mayo de 1993). Piensa en grande, sus metas son ambiciosas, pero sabe que no es necesario correr. Curioso, esa es justo su profesión, la de correr. Campeón de España de medio maratón en 2018 y 2019, a finales de año se estrenará en el maratón, una decisión meditada, tomada hace casi un año y que recientemente ha desvelado. Su primer desafío de 42 kilómetros y 195 metros será en Valencia el 1 de diciembre.

El medio maratón no aparece en el programa de los Juegos Olímpicos. El maratón sí. Y Tokio 2020 está a la vuelta de la esquina . Pero Benabbou no quiere que eso sea una obsesión. Tiene solo 26 años y, si las lesiones le respetan, «me queda una década muy buena», dice él.

El próximo año hay mundial de medio maratón (el 29 de marzo en Gdynia, Polonia) y también europeo (en París). Y esas dos citas sí son prioritarias en el calendario del Benabbou, que tiene marcada otra fecha, en abril, en su pueblo, Talayuela, donde posiblemente sea el pregonero de las fiestas, desvela.

Pero con presión o sin ella, en Valencia buscará la mínima para las olimpiadas (2 horas, 11 minutos y 30 segundos) que ya tienen en su poder tres maratonianos españoles, lo que añade dificultad al resto de estar en Japón. «Si consigo la mínima, aunque después no vaya a los Juegos, yo me sentiría igual de satisfecho, soy muy joven y a pesar de todo sería un debut a lo grande porque no hay ningún atleta que se haya estrenado en el maratón con mi edad y haya conseguido la mínima olímpica».

SER DE LOS MEJORES / Español desde el 2014 (fue cuando se le reconoció la nacionalidad tras muchos años en el país), Benabbou cree que alcanzar esa mínima «es asumible». Aunque puede que ni haciendo dos horas y diez minutos vaya a Tokio, cuenta, «pero a mí me servirá para seguir avanzando en la distancia». El objetivo, crecer poco a poco. «Yo no quiero hacer una buena maratón al año, lo que yo quiero es ser uno de los mejores maratonianos de España. Quiero ser lo que ahora mismo es Javi Guerra, un tío con mucha regularidad, y poder hacer dos maratones al año a un nivel internacional».

Todavía no ha empezado con la preparación específica para el maratón, aunque no cree que varie demasiado respecto a lo que estaba haciendo hasta ahora. «Habrá que aumentar el volumen de las tiradas, añadir 7 u 8 kilómetros a la tirada larga, que es como media hora más. En el kilómetraje semana habrá que subir unos 40-50 kilómetros. Si ahora estoy haciendo 160 vamos a llegar a 200-210». También cambiarán los ritmos, menos exigentes, lo que gusta a Benabbou. «Eso lo llevo bien, lo prefiero. Por eso me gusta la ruta, porque es un ritmo menos agónico. Pero sí hay que tener cabeza para hacer series más largas, prepararse para afrontar la carrera a partir del kilómetro 30, que es cuando realmente empieza. Muscularmente no me va a afectar, pero sí hay que empezar a hacer más kilómetros». Su entrenador es Antonio Núñez.

«Voy a prepararme a conciencia», asevera. No será en Cáceres, donde reside y donde ha estado entrenando hasta ahora. Lo hará en Francia, donde vive su madre, y en concentraciones en otros sitios. «Volveré a Cáceres para ciertos entrenamientos, pero en agosto y septiembre va a hacer aquí mucho calor», explica.

De momento, el pasado fin de semana volvió a la pista para ayudar a su club, la AD Marathon, en la liga de División de Honor. Corrió los 3.000 metros (fue tercero). Este domingo disputará el medio maratón de Albacete, internacional, donde el año pasado fue cuarto y mejor español. El objetivo, subirse al podio y seguir siendo el mejor nacional. Algunas carreras de menor distancia durante el verano y, en octubre, «el objetivo gordo», el medio maratón de Valencia (27 de octubre), «donde quiero hacer el récord de Extremadura». Y en diciembre, el maratón, cuenta este extremeño nacido en Marruecos que desde hace poco más de un año, justo después de ser campeón de España de medio maratón en Melilla, cuenta con la ayuda de Joma. «Me facilitan mucho las cosas, estoy encantado con ellos porque me hacen suelas específicas y me facilitan prototipos para que los pruebe. Me siento un privilegiado», concluye Benabbou, que entrena los siete días a la semana: hay cuatro jornadas de cinco horas y las otras, de ‘solo’ tres.