Con el número 17 se presentó Antoine Griezmann en el Barça. Con el 17 que lució efímeramente Jeison Murillo (solo cuatro partidos) en el último semestre, sin poder vestir el dorsal que le gustaría al tercer fichaje más caro de la historia del conjunto azulgrana.

«El 7 ya tenía nombre y por votación en la familia hemos elegido ese», aseguró el futbolista, consciente de que la camiseta pertenece a Philippe Coutinho, «intransferible» para la directiva del Barça. De momento. A falta de 48 días para que se cierre el mercado, y con la elíptica presencia de Neymar revoloteando para volver y la presencia física de André Cury, su valedor para el sonado regreso, en la presentación del francés junto con los ejecutivos barcelonistas.

CAMP NOU INSÓLITO / Ajenos a estas cuitas vivió la familia Griezmann la (primera) gran tarde en el Barça, con la insólita e irrepetible estampa de un Camp Nou, con un terreno de juego arenoso y unas gradas vacías. Una presentación sin multitudes, como podría haber sido la del año pasado en el primer o segundo intento, según algunas fuentes.

«Agradezco que me hayan dado otra oportunidad», aseguró Griezmann cuando empezó a dar las gracias por su fichaje, que ha costado 120 millones de euros y por el que el Atlético reclama 80 más. La cosa va para largo. Y podría acabar incluso en los tribunales. La lista de agradecimientos empezó con «el presi Aperribay», en alusión al presidente de la Real Sociedad que le firmó el primer contrato profesional.

EL VÍDEO / Esa oportunidad ha llegado tras la negativa del verano pasado, comunicada por Griezmann en un vídeo que era un publireportaje de su figura y editado por uan productora de Gerard Piqué. El barcelonismo y su directiva, empezando por Josep Maria Bartomeu, se enteraron del «no» de La Decisión, en el momento de la emisión.

«He hecho cosas malas, pocas, en mi pasado, pero nunca me he arrepentido porque era algo que quería hacer en ese momento. Si hay que pedir perdón a alguien será en el campo, que es donde mejor hablo», expuso Griezmann. El futbolista adujo que el último verano no se sentía preparado para recalar en el Barça. «A la familia no le venía bien y a mi me faltaba algo por hacer en el Atlético», dijo.

UN CHASCO CON ARREGLO / Leo Messi y Luis Suárez le esperaban con los brazos abiertos y se llevaron un chasco. El uruguayo le apadrinaba por la estrecha relación de Griezmann con Diego Godín. «Puede ser que estén dolidos, pero con asistencias podemos arreglarlo todo», dijo con humor el delantero, que ahora podrá sentarse en la misma mesa que Messi: de forma real, en los desayunos y las concentraciones, y no solo de forma figuraba, cuando se creyó -y lo confesó- al mismo nivel que Messi y Cristiano.

Desde Amunike a Griezmann ha viajado la camiseta con el dorsal 17 desde que en 1995 se otorgaron números fijos a los futbolistas. El centrocampista nigeriano, tal vez en la única similitud con Griezmann, también llegó más tarde de lo previsto. Lo suyo fueron seis meses, sin poder superar la revisión médica de su maltrecha rodilla izquierda. El delantero francés, un año después, ha llegado en perfectas condiciones. «Es una contratación consensuada con los técnicos y aprobada por Valverde», dijo Bartomeu, que pronunció en su día Josep Lluís Núñez al dar su brazo a torcer por la insistencia de Bobby Robson.

Volver a buscar a Griezmann es una prueba del interés. En realidad, el interés partió del futbolista.