La vida de Adrián San Miguel ha dado un vuelco espectacular en los últimos días. A primeros de agosto, el guardameta forjado en la cantera del Betis, era un futbolista en paro, después de dejar el West Ham. Desde este miércoles, el nombre del portero sevillano de 32 años, ha pasado a formar de la historia del Liverpool, convertido en el héroe que le dio la cuarta Supercopa de Europa al campeón europeo al detener el quinto lanzamiento del Chelsea en la tanda de penaltis que decidió el trofeo.

San Miguel, de 32 años, había concluido su contrato con el West Ham, donde se consumía ya en el banquillo después de un balance de siete temporadas, rindiendo a un nivel notable disputó 150 partidos, dejando la portería a cero en 43 ocasiones- y mientras aguardaba alguna llamada para continuar su carrera, pasó a entrenarse en el campo de la Unión Deportiva Pilas, un equipo de la primera regional andaluza, situado a unos 30 kilómetros de Sevilla. Allí intentaba mantener en forma hasta que recibió una llamada inesperada del Liverpool, después de perder al meta suplente Simon Mignolet, que aceptó una oferta por cinco años del Brujas.

Consciente de que en la vida hay que ser agradecido, al día siguiente de su fichaje, Adrián se presentó en el campo del Pilas con una postal para recompensar el favor durante los 25 días que se entrenó en el campo del Pilas, acompañada por un cheque regalo para comprar balones, petos y picas.

LESIÓN DE ALISON

La vida le tenía preparado otro guiño inesperado a San Miguel. Cuando parecía que estaba destinado a ocupar un puesto en el banquillo en su debut en la Premier, la lesión de Alison Becker frente al Norwich City, le obligó a salir y jugar 50 minutos. Apenas nueve días después, Adrián San Miguel puede presumir de título europeo, el primero de su carrera, convertido en la portada de la mayoría de los medios británicos después de su actuación en la final de la Supercopa en Estambul, que midió al Liverpool y al Chelsea, resuelta en la tanda de penaltis, en la que desvió con el pie el quinto lanzamiento de Tammy Abraham.

La vida de los porteros es así. Tenemos que estar preparado para todos, reconoció en su noche más feliz, San Miguel, que subió a recoger el trofeo con una toalla amarilla con la imagen de la Virgen de los Dolores grabada y enfundado en una bandera de España. Tampoco fue un debut fácil en Anfield por la lesión de Alison. Pero estoy feliz por todos por la gente y, por supuesto también por mí. He venido a demostrar que tengo un buen nivel y parar el penalti fue un gran momento.

También lo elogió el entrenador red Jürgen Klopp, de los primeros en correr hacia Adrián en cuanto concluyeron los lanzamientos. Adrián no había jugado en cierto tiempo, pero tuvo que estar preparado y lo estaba, hizo algunas paradas increíbles, estar tan preparado como él esta noche es algo increíble, subrayó. "No es solo una gran persona en el césped sino también en los vestuarios. Puede estar realmente orgulloso de lo que hizo", concluyó el técnico alemán.