El Atlético no tenía la necesidad de acometer una gran reforma, pero las salidas de Griezmann, Lucas Hernández, Godín, Filipe, Juanfran o Rodrigo obligaron a ello. En las oficinas del Wanda parecía estar todo previsto, con Diego Simeone a la cabeza de todas las operaciones, para tener el equipo perfilado en el inicio de la Liga, con siete fichajes del nivel medio del equipo, o superior, que le han dado un nuevo impulso al Atlético.

La última temporada, con una renovación multimillonaria de Griezmann y una fuerte inversión en el mercado, parecía un momento cumbre del club, con la oportunidad histórica de mantener un buen puñado de estrellas. El año salió mal. Pero la capacidad para reinventarse han vuelto a colocar al equipo madrileño entre los grandes de Europa este verano.

Cada vez más cerca de Madrid y Barça, en nivel de la plantilla y en inversión, los objetivos atléticos tienen que estar a la altura y ser cada vez más ambiciosos, empezando por pelear La Liga y la Champions. El club dirigido por Miguel Ángel Gil Marín se movió de forma ambiciosa y acometió el fichaje más mediático del verano en Europa. La llegada del portugués de 19 años Joao Félix por 126 millones de euros es una apuesta muy arriesgada, pero los primeros indicios son alentadores. El ex del Benfica ha liderado la pretemporada. También han llegado Lodi, Trippier, Hermoso o Marcos Llorente.