La carrera del deportista extremeño más relevante de la historia puede haber terminado. José Manuel Calderón sigue sin encontrar equipo en la NBA y, ante su negativa a jugar en otra liga que no se la estadounidense, sopesa muy seriamente colgar las botas definitivamente y emprender una nueva vida.

Algunos signos indican que ‘Calde’, que el próximo 28 de septiembre cumplirá 38 años, ya se va haciendo a la idea. En todas las entrevistas que concedió tras finalizar la temporada 2018-19, en la que vistió la camiseta de los Detroit Pistons, reiteró que su único interés era continuar aportando en la mejor competición de mundo, que Europa, ya fuese la Liga Endesa o algún equipo del resto del continente, no le motivaba lo suficiente.

Convencido de que podía seguir interesando a alguna franquicia, repitió su rutina de todos los veranos, sobre todo desde que renunció a la selección española: entrenamiento intenso a nivel técnico y físico en su Villanueva de la Serena acompañado de sus personas de confianza y el teléfono siempre con cobertura. Sus agentes se han movido en la NBA ofreciendo lo que Calderón está seguro de que todavía puede dar: minutos de calidad sobre parquet y veteranía en el vestuario, ni una mala cara aunque su papel sea tan escaso como el que ha tenido en los últimos años en Detroit o Cleveland.

SIN ENTRENAR / Pero la llamada no ha llegado. A principios de agosto viajó a Líbano para visitar a los niños refugiados en una de las múltiples iniciativas solidarias que mantiene, esta vez con Unicef. Allí pasó unos días y decidió que, cuando regresase, no retomaría los entrenamientos porque las opciones de jugar en América se iban diluyendo. Ha disfrutado de la familia y los amigos y esta misma semana se ha fotografiado en el Oceanográfico de Valencia, quizás ya sintiéndose con un pie en la retirada.

El siguiente síntoma ha sido que en breves días llevará a cabo un plan que manejaba desde hace tiempo: se trasladará con su mujer y sus tres hijos a Nueva York, donde estuvo buscando vivienda en julio. ¿Lo hará para iniciar desde allí un nuevo capítulo en su vida, alejado del balón, o se aferrará a la posibilidad de recibir una oferta que le interese de verdad? Lo reducido de su círculo impide ofrecer una respuesta contundente. Aunque tiene un hogar en Villanueva, su decisión es desde hace tiempo que los niños sigan escolarizados en Estados Unidos.

Hay que esperar todavía un poco para saber cómo se resuelve esto. Incluso la situación de ‘stand by’ podría alargarse unos meses y que terminase reclamado por algún club ya iniciada la temporada. Hay jugadores incluso de mayor edad que él, como Vince Carter por los Atlanta Hawks, que han firmado por el contrato mínimo para veteranos en la NBA, unos 2 millones de euros, lo mismo que ha cobrado ‘Calde’ en los Pistons.

Su perfil es, como mínimo, apetecible para equipos de la NBA que necesiten fortalecer su cuerpo técnico con exjugadores que sumen a todos los niveles y conecten bien a nivel personal con los que recientemente han sido sus compañeros. Sin ir más lejos, otro base de la mejor época del baloncesto español, Raúl López, ocupa uno de los puestos de entrenador ayudante en Utah Jazz. Calderón es por ahora reticente a esta opción porque quiere pasar más tiempo con la familia del que ha podido durante estos últimos 14 años, desde que se marchó del Baskonia a los Toronto Raptors.