Diocesano (juvenil), Coria, Cacereño, Zamora y otra vez Coria. Solo tiene 22 años, pero David López Bravo (San Vicente de Alcántara, 9 de mayo de 1997) ya ha dado muchas vueltas en esto del fútbol. No todas han sido fáciles, aunque este extremo veloz, regateador y con buen golpeo se queda con los buenos momentos. Como el que vive ahora en el conjunto celeste, líder de la Tercera extremeña tras la goleada al Olivenza (7-1), un resultado al que él contribuyó con un hat-trick, el primero que consigue en su carrera.

En el Coria ha encontrado la continuidad que todo jugador ansía. «Es lo que los futbolistas necesitamos». Eso y también la confianza del entrenador. David López tiene la de Rai. «Es un técnico que sabe de fútbol, que entiende bien a los jugadores porque él lo ha sido durante muchos años, es una parte muy importante del éxito». Solo se ha perdido un partido y fue por lesión. Y con los tres goles al Olivenza ya suma cuatro, la mitad de los que se había propuesto para esta temporada. «Por ahí me dicen que tengo que llegar a doce… Muchos me parecen», dice él con naturalidad.

Jugar y disfrutar

El balón del hat-trick lo guarda ya su madre y él se confiesa «feliz, muy feliz», por jugar, por marcar y «por ayudar al equipo». En su anterior etapa en el Coria (2016-2017) se quedó a las puertas del playoff, algo que no quiere que vuelva a suceder. La campaña pasada la empezó en el Cacereño (donde no tenía continuidad) y la acabó en el Zamora, con quien se quedó a un paso del ascenso. «Una experiencia muy buena». A pesar de tener otro año más de contrato con el conjunto castellano leonés, el pasado verano regresó al Coria «para estar cerca de casa, jugar y disfrutar con el fútbol». Ahora vive en Cáceres y estudia para sacarse el carnet de camión y ampliar así sus opciones laborales.

De momento las cosas están saliendo bien, pero sabe David López que hay que mantener los pies en el suelo, que la Tercera está más igualada que nunca. El calendario se complica ahora para el Coria, que se enfrentará a Extremadura B (este mismo domingo), Cacereño y Moralo, entre otros, en el próximo mes, «pero en el partido ante el Villanovense (0-0) demostramos que podemos competir con cualquiera». Fue una prueba de fuego el duelo en el Municipal Villanovense. También la veía así el presidente de la entidad, Aurelio Gutiérrez, seguro de que se superó con buena nota.

El 22 y el 10

David López lleva esta temporada el 22 a la espalda, los mismos años que tiene, el mismo número que vistió cuatro campañas atrás. Pero el domingo ante el Olivenza jugó con el 10, el número de Chema Martín. El Coria vistió una camiseta rosa en homenaje a la lucha contra el cáncer de mama. «La equipación me estaba grande, era la camiseta que me quedaba mejor», cuenta el trigoleador, que ríe cuando se le plantea la posibilidad de seguir jugando con ese número. «El 10 es de Chema y yo lo respeto mucho. Además -añade el extremo-, el número no juega».

En realidad da igual el número. Lo que David López quiere es jugar, seguir ayudando a esa gran familia que es el Coria. «Creo la base del éxito es que somos una piña, nos llevamos todos muy bien, hacemos parrilladas juntos y nos ayudamos en todo lo que podemos», explica él, que no quiere pensar demasiado en el futuro (¿jugar en una categoría superior?), solo en seguir jugando. «Me gustaría subir con el Coria, sé que no es fácil, pero sería bonito jugar con este equipo en Segunda B».

Su deseo es el de todos los aficionados celestes. Pero ahora solo toca disfrutar del liderato, al menos hasta el domingo. Después habrá que volver a ganarse el derecho de estar en lo más alto una semana más.