A Demetrio Rodríguez González, ‘Deme’ (Almendralejo, 19 de diciembre de 1995) le seduce extraordinariamente el fútbol, pero tampoco le obsesiona hasta límites insospechados. «Voy a intentar vivir de él todos los años que pueda, pero no soy de los que esté solo pensando en eso». El centrocampista del Coria estudia Enfermería en Cáceres por la mañana y su futuro profesional, cuando se acabe su «pasión», podrá ir por ahí. Por la tarde, excepto en días como el de ayer, lo suyo es darlo todo por el líder de la Tercera.

Tácticamente, Deme es clave en el equipo de Raimundo Rosa, ‘Rai’. También lo fue el pasado año en el Diocesano. El domingo (17.00 horas, Manuel Sánchez Delgado) se enfrentará a varios de sus excompañeros y amigos, como su paisano Juanlu. «Será difícil ganar, sí» admite, «pero también nos queda después el Villanovense, el Moralo... va a ser complicado seguir primero, pero ahí estamos».

Un ‘pero’: no le gustó su forma de salir del Dioce: «estoy muy agradecido porque me ha hecho crecer como jugador, pero no entiendo lo que hicieron cuando me quise ir al Coria, si además me iba con mi entrenador». Deme tuvo que aportar una cantidad de dinero (mil euros) por su carta de libertad. Él dice que no quiere polémica, pero se le nota dolido y que no se le tratara «como al resto cuando se han querido marchar», recalca.

CP Almendralejo, San José, Santa Marta de Salamanca (en juveniles, una experiencia complicada para él por una lesión), Extremadura B y Diocesano dos años, todo ello antes de llegar al Coria a divertirse con el fútbol y con el éxito del liderato, que espera seguir degustando. Después, el fútbol le pondrá allá donde sea. Él, en cualquier caso, está feliz por estar donde está. «Lo que estamos haciendo este año demuestra que se pueden hacer grandes proyectos en Extremadura con gente de aquí», asegura. Y es que el Coria apenas tiene a futbolistas de fuera, con excepción del punta Capelo. Precisamente éste y Joserra son sus compañeros de piso en Cáceres.

Con ellos y con David López, como cada miércoles, cogerá un coche esta noche para ir a entrenar a La Isla, donde aporta su equilibrio como irreductible centrocampista defensivo para la exitosa trayectoria celeste: en 8 de los 11 triunfos seguidos ha sido de la partida. Y todo , en un contexto futbolístico diáfano. «Es mi pasión», resume.