Olivenza1

Cacereño3

3Goles: 0-1 (min. 20): Murci. 0-2 (min. 37): Carlao. 0-3 (min. 44): Marcos Torres. 1-3 (min. 74): Borja Romero.

3Árbitro: Miranda Bolaños. Amarillas a los locales Fau, Pekas, Borja Romero, Juanjo y Ciga; y al visitante Rubén.

3Estadio: Ciudad Deportiva.

3Espectadores: 300.

3Olivenza: Ciga, Aton, Fau (Chipu, min. 46), Juanjo (Chicote, 84), Alvero, Juanito Monroy, Pekas, Borja Romero, Portu, Sergio Jaén y Van Veen (Pedro, min. 46).

3Cacereño: Bernabé, Chechu, Carlao, Rubén Sánchez (Carlos Daniel, min. 46), Rentero, Neto, Gustavo (Borja García, min. 75), Javito, Marcos Torres, Carlos Andújar y Murci (Ezequiel Lamarca, 67).

Victoria necesaria del Cacereño ante el Olivenza (1-3), en un partido donde los de Julio Cobos superaron el mazazo de la pasada jornada ante el Villanovense, rival directo por el título. Había cierto respeto, además, a un cuadro, el de Antonio Rueda, que estaba enchufado a la liga con una espectacular racha desde la llegada del entrenador sevillano.

El encuentro comenzó igualado y sin un dominador claro. Ambos conjuntos salieron al terreno de juego con la máxima ambicióin. En los primeros compases fueron los locales quienes frecuentaban con más continuidad el campo rival. Algunas llegadas, pero pocas eran claras o con peligro real. La tuvo primero Juan Andrés pero el central se adelantó, y más tarde Alejandro Alvero la tuvo en la frontal del área, pero el disparo se fue arriba por mucho.

Los visitantes también llegaban. Hasta que en el minuto 20 de juego apareció Murci, recibió en la frontal del área, controló y entre tres rivales se sacó un disparo cruzado y raso ante el que poco pudo hacer Ciga. Sería el primero de tres goles verdes que llegarían --todos-- en la primera mitad. Y es que poco más tuvo que hacer un Cacereño, que con un brillante primer tiempo le fue suficiente para llevarse los tres puntos a casa, a la espera de nuevas jornadas y de lo que hagan sus rivales, el Coria y el Villanovense, que se miden por cierto el próximo domingo en La Isla.

CONTROL VERDE / Los visitantes se hicieron con el control absoluto del encuentro. A la media hora, un córner bien lanzado, acaba con el balón muerto en el área pequeña y, tras varios rechaces, el balón lo introdujo dentro Carlao, poniendo tierra de por medio en el marcador con el 0-2.

Y aún hubo más, ya que no tardaría en ampliarse el parcial poco antes de la marcha a vestuarios. Y es que, tras un saque de lateral al punto de penalti, Marcos Torres disparó pero Silva hizo una gran parada. Sin embargo, no consiguió quedarse el esférico, y el media punta gallego del Cacereño --de nuevo-- no volvió a perdonar en su segundo disparo. Con el 0-3 se fueron los 22 protagonistas al descanso, en teoría con todo decidido.

El panorama parecía bastante, claro, con un Olivenza sin apenas reacción o ritmo y con un Cacereño que parecía encontrarse en uno de esos días de gracia, donde todo lo que va a puerta entra.

El segundo tiempo siguió con la misma dinámica. Los locales salieron con ganas de buscar, al menos, el gol del honor. Mucho centro y poco remate tuvo. Y cuando remató, el meta verde, Ángel Bernabé, realizó muy buenas paradas.

EL GOL DEL HONOR LOCAL / Al final, y casi con ‘ojo de halcón’, el árbitro dio, a falta de quince minutos para el final, un gol de Borja Romero que parecía no haber entrado tras dar en el larguero de la meta cacereña. A base de centros y balones largos lo siguió intentando un Olivenza, que quizás mereció más y algo de emoción para los minutos finales, pero el decano del fútbol extremeño se mostró muy firme atrás.

Con este 1-3, el Cacereño suma ya otro triunfo imprescindible en su particular idea de ser campeón, algo que podría conseguir si gana todos los partidos que resta, aunque ésta sea una misión realmente complicada, y más teniendo en cuenta que sus máximos competidores tampoco están fallado.

Por su parte, el Olivenza se mantiene décimo, sin peligro alguno en la tabla, y corta una buena racha. Ayer su entrenador se quejaba de las bajas, que le hizo alinear a algún juvenil y algún jugador no habitual en sus formacoines iniciales.