El comunicado que el capitán del Barcelona, Leo Messi, publicó este lunes sobre la decisión de la plantilla de aceptar una rebaja de sueldo del 70% además de hacer una aportación para que los empleados del club puedan cobrar el 100% de su salario ha constatado que la relación entre jugadores y junta directiva parece estar en un punto de no retorno.

«Somos los primeros que SIEMPRE hemos ayudado al club cuando se nos ha pedido», escribió Messi en las redes sociales tras mostrar su malestar al entender que el club estaba tratando de ponerles «bajo lupa».

Estas tensiones, sumadas a las surgidas el pasado mes de febrero tras el escándalo de I3Ventures, una empresa vinculada a una supuesta campaña de desprestigio de jugadores, exjugadores y personajes vinculados al entorno barcelonista en redes sociales contratada por el propio club, han sido la gota que ha colmado el vaso en una relación que arrastra problemas desde hace años.

El mayor representante de estas tensiones es el propio Messi, que con el paso de los años ha hecho valer su poder para ganarle el pulso a varios miembros de la directiva que mostraron posturas alejadas a las del vestuario. Su último ‘encontronazo’ fue con su excompañero y actual director deportivo del club, Éric Abidal, al que acusó de estar «ensuciando» a los jugadores.