Son las 16.15 horas y el viento sopla con fuerza en la cima del Pico Villuercas, a casi 1.600 metros de altitud de esta zona de vistas tan espectaculares como interminables. Seis de los 42 miembros del club

Los Abubillos de Guadalupe bromean y otean el horizonte (el físico y el anímico) con optimismo porque por aquí, el próximo verano, serán más felices incluso de lo que lo son habitualmente practicando su deporte favorito. «Ese día vamos a intentar subir con las bicis al punto que nos dejen para ver lo que podamos», anticipa Juan Carlos Galán. Sí. La Vuelta a España llegará a finales de agosto, pero algunos ya viven el acontecimiento deportivo intensamente. Y con un orgullo y una ilusión a prueba de pandemia. A prueba de chascos.

Señalización en la subida de una carretera ya acondicionada./ EL PERIÓDICO

«Esto va a sorprender, y no solamente por el hecho de que sea un puerto inédito en la ronda. En la historia se habrán subido algunos muy bonitos, pero este no va a desmerecer a ninguno de ellos. Aparte del espectáculo ciclista, la gente se va a quedar admirada del paisaje», abunda Galán mientras otro de sus compañeros sugiere que no entiende cómo se ha catalogado el puerto de primera categoría «cuando es claramente de especial». Abajo, muy abajo, se ve Navezuelas. En realidad el pico pertenece a su término municipal, aunque esto es tan inmenso que parece inabarcable.

Las vistas, kilométricas, abarcan mucho más que lo que compone el Geoparque Villuercas Ibores Jara.

Por aquí se atisba con nitidez buena parte de La Mancha y del más allá. Visualmente no parece haber límites. De David (23 años) a Agustín (62), el más joven y el más veterano de este club que tiene a un campeón regional máster, Manuel Ramiro, todos asumen que la perspectiva emocional, a efectos de divertimento, se presenta inmejorable. Y en lo económico, por supuesto, también.

A PASARLO BIEN / Los ciclistas bajan por La Cebadilla (o Collado Ballesteros, como figura en la ruta oficial), donde nace el Almonte. Aquí hay curvas de herradura todo el rato. Cuesta para ellos, costará para el pelotón profesional, aventuran por aquí sin remilgos. «Hay rampas del 18-19 por ciento durante tres kilómetros», cuentan los entusiastas miembros de Los Abubillos, que insisten en que lo verdaderamente importante «es pasarlo bien». Y sentencian a efectos de futuro y de lo que se puede estar gestando: «a ver si se hace un puerto mítico porque sitio más bonito de España no habrá. Estará todo verde, con todos los castaños», vaticinan para verano.

«Va a ser un impulso no solamente para Guadalupe, sino para toda la zona. Y para Extremadura en los tramos que se van a recorrer en las tres etapas. Nuestra región lo que necesita es que se conozca y esto va a redundar en beneficio de todos». En la terraza de Casa Pachi, Pepa Rubio, guía turística de un monasterio que se disfruta porque se erige, imperial, degustando una cerveza desde la plaza, cuenta con argumentos que el turismo vaya a seguir creciendo, aunque ahora sean tiempos duros.

Pepa ‘Pachi’ Rubio, en el centro, guía en el monasterio. / EL PERIÓDICO

Ella misma, reivindicativa en lo que cree que puede hacerse para mejorar como los aparcamientos, perentorios en la localidad por evidentes motivos y para lo que pide que se ponga fin a la carencia, está en situación de erte, pero espera estar pronto activa.

El desdichadamente universal covid-19 ha hecho también mucho daño en una localidad que vive, en más del 90 por ciento, de la ahora volátil industria del turismo. «Nos va a venir muy bien todo esto, pero todo ello debe hacer que se mejoren las infraestructuras, tanto de acceso como de estancia. Tenemos muchos restaurantes y locales, pero no donde aparcar», subraya alguien que enlaza: «tenemos mil maravillas un geoparque que hay que cuidar».

El alcalde, Felipe Sánchez, tiene un recuerdo sentido para alguien en estos momentos. «Esto supone para Guadalupe el cumplimiento de un sueño de mucha gente, en especial para una persona que ya no está entre nosotros, la que ha sido presidenta de la diputación, Rosario Cordero, que durante muchos años puso mucho empeño en arreglar esa carretera para que al geoparque se le diera ese empuje y esa imagen que requiere», apunta el regidor, que añade que la ronda será «un escaparate muy importante». Además, sugiere, «que el helicóptero de TVE pueda sobrevolar el monasterio de Guadalupe nos va a dar un plus en el Año Santo Guadalupense».

«Nos ha tocado el gordo de Navidad. Nos van a ver en 185 países. He tenido a gente de RTVE hospedada y lo han comprobado. Es lo mejor que nos ha podido suceder, la mejor publicidad que nos podían hacer. No solo por lo de la etapa, sino por toda esa gente que está viniendo a entrenarse, a vernos». Lo asegura, en tono eufórico, Pablo Lucas Sánchez, concejal y hostelero que ha regresado a Guadalupe hace tres años «para recuperarme del estrés de la noche marbellí», bromea.

Juan García, responsable de la administración de loterías de la plaza. / EL PERIÓDICO

«En Extremadura nos han hecho un montón de rutas y hasta ahora no somos capaces de mantener lo que nos hacen. Qué pobres somos», ejemplifica antes de decir que todo dependerá «del mantenimento que le queramos dar a esa carretera. Aquí se han invertido un millón de euros. Faltan unos pocos detalles, pero está muy bien».

«El hecho de que venga la Vuelta va a ser importante por varios motivos, entre ellos por la publicidad que vamos a tener como pueblo, pero también como zona; el hecho de que se vean los paisajes del geoparque será impresionante; en lo económico, en agosto y con nuestro turismo, va a dejar bastante dinero», asegura Juan García, que regenta la administración de Loterías de una plaza que, entre semana y pese a los efectos desastrosos del covid-19, tiene varias terrazas con gente consumiendo.

Por La Puebla bulle el orgullo. Y bien lo sabe Juan Miguel Olmeda, que es empresario en Cáceres, donde vive y ejerce también de mano derecha de Carlos Ordóñez en el Cacereño. Siempre que puede, vuelve a su localidad natal para, entre otras cosas dar una vuelta por su espectacular Casamalia, un bar, ahora café concierto y karaoke, que se abrió en 1906 y que se asemeja a un museo de cine, con cinematógrafo y cintas de nodo incluidas en su interior, totalmente insonorizado.

Juan Miguel Olmeda, ‘Guelo’, con el cinematógrafo en su bar. / EL PERIÓDICO

PENSAMIENTO COLECTIVO / Olmeda destaca que en Guadalupe «se hace piña» para sacar los proyectos adelantes. «Aquí la gente se ayuda mucho», manifiesta orgulloso mientras saluda por la calle a sus amigos, repartidos por todo el pueblo.

Enrique Cordero, que se declara «amante de todo lo que es Guadalupe, de todo lo que es Extremadura y de todo lo que es España», también está feliz por lo que viene. Este investigador de música folk expone su visión positiva ante el acontecimiento deportivo de élite. «Estamos en un momento difícil en la región y la Vuelta será un aliciente para que el turismo vuelva, y por supuesto para que gane toda la gente con todo lo que va a venir, desde peregrinos hasta deportistas. Vivimos del turismo y está bien eso de tener una esperanza; esto es un paso más», argumenta en tono entusiasta.

«Todo lo que sea un impulso para el pueblo es bien recibido», concluye el hostelero Carlos Rubio, de los universales Pachi. Alto (como el Pico Villuercas) y claro, como el horizonte que se divisa desde arriba, desde esa zona privilegiada de Extremadura que pasará este verano una verdadera reválida. Las bicicletas y todo lo que traen consigo dirán si merece la pena. De momento, el ‘subidón’ en todos los aspectos es toda una realidad.