La Tercera División se acerca al final de la primera fase y cada punto vale cada vez más, sobre todo si se pone en juego contra un rival directo por conseguir una plaza en Segunda División B. Jerez y Cacereño, ambos metidos ya matemáticamente en el grupo de ascenso para la segunda fase, abren este sábado en el Manuel Calzado Galván (17.00 horas) la vigésima jornada, antepenúltima del campeonato, aunque penúltima en el caso del CPC, que descansará en la última fecha.

Aunque hasta este viernes solo se permitía el acceso de los socios del Jerez al estadio, la ampliación del aforo hasta el 50% de la capacidad del recinto ha llevado al conjunto jerezano a poner entradas a la venta al precio de 10 euros. Del mismo modo, los templarios han sacado un abono de playoff (30 euros) que incluye tanto este partido contra el Cacereño como el del 21 contra el Fuente de Cantos.

A la cita llegan ambos equipos en un gran estado de forma. Los templarios, el segundo mejor equipo como local (solo ha dejado escapar tres puntos, en la derrota 0-1 ante el Diocesano, su rival de la próxima jornada), acumula ocho encuentros seguidos sin perder, en los que ha sumado seis victorias y dos empates. Equipo siempre rocoso, ha dejado la portería a cero en sus tres últimos encuentros y desde que encajó el gol del Dioce el 13 de diciembre, nadie que no sea un jugador vestido de verdinegro ha vuelto a marcar en el Manuel Calzado.

Juampe Sánchez, técnico del Jerez, no podrá contar con Marcos por sanción. Javito y Gustavo, ambos por lesión, serán las bajas de Julio Cobos en el Cacereño, que poco a poco va recuperando efectivos. El pasado domingo Rubén Carrasco ya estuvo en el banquillo y este sábado podría incluso disfrutar de algunos minutos.

Los verdes tienen la posibilidad en este partido de asegurarse de forma matemática el primer puesto del subgrupo a falta de dos jornadas, aunque lo realmente importante es sumar. Ambos retos se alcanzan de la misma forma, ganando, que es en lo único que piensan los verdes, conscientes de que los tres puntos en juego tienen un valor especial no solo por sumarlos, sino porque se le restan a un rival directo.