El Extremadura vive un cuento de dos caras en esta semana tranquila sin partidos. Por un lado, la alegría y satisfacción de verse dentro de la segunda fase por el ascenso a Segunda División y con opciones claras de entrar en las eliminatorias definitivas. Y, por otra parte, con la ansiedad que supone que pasen los días y no se solventen los problemas en el retraso de las mensualidades que se les adeuda a plantilla y trabajadores.

Si el martes fue Manuel Mosquera el que pidió soluciones, este jueves fue Kike Márquez, el capitán del equipo, que no se cortó un pelo para señalar al nuevo grupo inversor que se presentó en el mes de enero y que, de momento, sólo está representado por las figuras de Ramón Robert y Zoran Vekic: «aquí hay una persona que está dando la cara y se está dejando el alma para solucionar los problemas que es el presidente, Manuel Franganillo, pero necesitamos que los nuevos inversores den un paso adelante para que se solucionen los pagos. Nos dijeron que si accedíamos a la liga Pro esto iba a ser la ostia, pero de momento el vestuario se siente engañado por estas personas. Esperemos que más pronto que tarde nos pongan económicamente al día», sentenció Kike Márquez.

Añadió que el vestuario «se ha ganado lo que se merece porque ha dado el paso que necesitaba el club para su viabilidad. Es el momento de que se pongan manos a la obra y pongan a toda la gente al día».

El desencuentro entre los jugadores y los nuevos inversores es total. De hecho, la única comunicación que tiene la plantilla es con Manuel Franganillo. La autoridad moral de Jordi Lardín, director deportivo impuesto por Vekic, se ha desvanecido en el vestuario en tanto en cuanto estos inversores no hagan público su entrada definitiva en la entidad con el consiguiente aporte de capital. Según ha sabido este periódico, las cantidades pactadas para la entrada del grupo inversor son altas y aliviarían la situación económica del Extremadura. Sin embargo, el proceso concursal mantiene paralizado el movimiento de Ramón Robert y Zoran Vekic. Mientras, el tiempo corre en contra de la entidad por el enfado creciente de unos jugadores que esperan que antes de visitar Valdebebas el próximo fin de semana se haya solucionado parte de sus problemas.

En lo deportivo, Kike Márquez sabe que está en un momento óptimo de forma: «Estoy contento de volver a estar cerca de mi nivel y haciendo goles importantes». Y considera que a nivel de grupo «hay mucha confianza y eso es la clave en estos momentos».

Con respecto al sorteo para la segunda fase y el comienzo en Valdebebas ante el Real Madrid Castilla, Kike señala que «tenemos que enfrentarnos a todos y da igual contra quien empezar, aunque está claro que jugar ante el Real Madrid Castilla tiene una motivación extra porque sabemos del peso y la historia que tiene el escudo de esa camiseta».