Miguel Durán Navia continúa soñando con estar en sus segundas olimpiadas de Tokio 2020 el próximo verano. Fácil, desde luego, no va a ser. El nadador almendralejense está en forma después de colgarse una doble medalla de oro en el Campeonato de España Open de Sabadell, donde se impuso en las pruebas de 400 y 800 libres. Ahí, domina claramente la competición, pero las marcas para estar en Japón no están todavía registradas en su bolsillo.
«Está siendo un año muy complicado para todos los nadadores. Nos movemos en segundos, pero psicológicamente hay un factor añadido que nos está lastrando a muchos como es el virus y el tratar de no contagiarte», dice Miguel Durán.
Y es que, para cualquier deportista, un parón puede resultar letal en la preparación para unos campeonatos. Pero para un nadador, parar puede ser el adiós a un torneo. «Si te contagias o tienes que guardar una cuarentena de diez días puede destrozar toda la preparación. Estamos trabajando muy bien en la piscina, pero también muy bien fuera de ella, tratando de cumplir con todas las medidas sanitarias y siendo muy prudentes», explica Miguel. Es tajante: «en natación, si paras una semana es como si hubieras estado un mes sin hacer nada. Y eso implica presión».
Hasta Tokio queda tiempo, pero también segundos. Miguel aspira a sacar pasaporte para los Juegos Olímpicos en las pruebas de 400 y 800 libres. En la prueba de 400 libres, la mínima olímpica la tiene ahora a cuatro segundos. Y en la prueba de 800 libres, a siete segundos.
Budapest
El Campeonato de Europa en tierras húngaras, que comenzará el 17 de mayo, es la gran oportunidad que tendrá Miguel Durán Navia para estar en los Juegos Olímpicos. «Vamos a prepararnos concienzudamente para este campeonato y tratar de dar lo mejor. Físicamente, me encuentro en buen momento y creo que podemos hacerlo bien», dice convencido el de Almendralejo.
Miguel Durán ha estado durante tres meses sin moverse de Cataluña, donde entrena con el Club Natación Terrasa. Se marchó tras Año Nuevo y ha vuelto esta semana a Almendralejo «para recargar un poco las pilas». En ese tiempo libre, aprovecha para disfrutar de la familia, ver a los amigos y hacer un poco de pádel. «Como siempre digo, un descanso activo que sienta bien».
Compartir momentos con su familia es esencial para Miguel, máxime este año que no pueden acompañarle a la mayoría de pruebas por la pandemia, especialmente su padre, Manuel Durán. «Le encanta viajar y ahora le está tocando verlo por televisión», agrega.
Con esa serenidad con la que habla y vive el nadador almendralejense, Miguel entiende la dificultad de estar en Tokio, pero no esconde que guarda cartas en la manga para tratar de apurar opciones. Por tenacidad y constancia, nunca será.