El primer enfrentamiento de la historia de la selección española de fútbol contra Kosovo, en medio de la fase de clasificación para el Mundial 2022, ha provocado un amago de conflicto diplomático para el Gobierno, aplacado por concesiones como pisar suelo español y la exhibición de símbolos de un país no reconocido en España, aunque sin conceder ningún tipo de legalidad a su proceso independentista de Serbia.

Después de que la Federación Española usara la terminología “territorio de Kosovo” para anunciar el partido, la furibunda defensa de sus derechos de las autoridades kosovares, que llegaron a amenazar con no acudir al partido si no se respetaban sus símbolos, ha obligado a la RFEF a asegurar que en el partido se va a respetar la normativa FIFA y UEFA, según confirmó la ministra de Asuntos Exteriores, Arancha González Laya, lo que implica que este miércoles en La Cartuja ondeará la bandera y sonará el himno de Kosovo.

Aún así, en ningún caso se referirá la megafonía, la cartelería o los grafismos televisivos al nombre oficial de República de Kosovo, solo se le llamará territorio de Kosovo, Federación de fútbol de Kosovo o Kosovo a secas, según directrices del Gobierno español. "Estábamos dispuestos a no a ir a España debido al trasfondo político de esa decisión", había dicho tras la polémica inicial el secretario general de la Federación Kosovar de Fútbol, Eroll Salihu, a la agencia AFP.

La independencia de Kosovo es el último resquicio que todavía colea de la dramática Guerra de los Balcanes y la desintegración de Yugoslavia, y su selección llega a jugar a España con una generación que emergió entre guerra y exilio: De los tres capitanes de la selección kosovar, dos han nacido en Suiza y el portero Samir Ujkani se crió en Bélgica tras huir de la guerra en su niñez.

Reconocimiento futbolístico

En medio de su política de máxima expansión de fútbol por el mundo, la FIFA otorga la posibilidad de concurrir a competiciones internacionales a territorios, desde Gibraltar (que no se puede enfrentar a España por las restricciones de FIFA) o las Islas Feroe hasta las islas neerlandesas del caribe, por ejemplo, que no tienen ni buscan categoría de país independiente.

El caso de Kosovo es diferente. Tanto la UEFA como la FIFA lo reconocen como miembro de pleno derecho desde 2016, después de su independencia unilateral de Serbia en 2008 y, para ellos, el reconocimiento del fútbol internacional es un paso más hacia la normalización de su independencia. A problemáticas similares a la kosovar se enfrentan Taiwan o Palestina, reconocidos parcialmente por el concierto internacional, o Israel, que juega en UEFA ante el vacío de reconocimiento que sufre entre los países árabes, incluido Qatar, el anfitrión del próximo Mundial.

En la Unión Europea, además de España, solo Rumanía, Eslovaquia, Chipre y Grecia (también en el mismo grupo de clasificación para el Mundial en el que solo Suecia considera independiente al país balcánico) no reconocen a Kosovo por su cercanía a Belgrado y las decisiones de Serbia. No es el caso del Gobierno español, reticente a dar validez legal a cualquier movimiento independentista interno comparable, aunque sea de forma laxa, a los casos peninsulares de Cataluña o País Vasco.

Precedentes

Entre los problemas que ha sufrido Kosovo por esta circunstancia, el campeón de la liga kosovar de 2018, el Drita, tuvo que viajar vía Suiza y Reino Unido para poder llegar a la fase previa de la Champions, que se jugó en Victoria Stadium de Gibraltar, ya que España no acepta el pasaporte de Kosovo y ningún kosovar puede pisar suelo español. Para el partido en Sevilla se ha dispensado un permiso especial a la selección balcánica, aunque con muchas restricciones en los visados especiales concedidos para la ocasión, sin presencia de altos cargos del gobierno kosovar.

Además, en el Mundial de karate en Madrid de 2018, los deportistas kosovares tuvieron que participar bajo bandera de la Federación Internacional de Karate y, más cerca en el tiempo, en 2019, España renunció a organizar la ronda élite del Europeo sub-17 porque uno de los participantes era Kosovo.