El deporte, y por ende el baloncesto, a veces es cruel. Las lesiones forman parte de él y pueden determinar el éxito o el fracaso de un jugador. Las lesiones en jugadores 'rookies' suelen ser las peores. Aunque sus cuerpos estén jóvenes y tengan mayor probabilidad de recuperarse con éxito, la cabeza juega un papel fundamental. La inexperiencia es un factor clave en este aspecto y esta puede jugar en su contra.

No es nada fácil llegar a jugar en la NBA. Todo niño que juega al baloncesto sueña con llegar a meter una canasta en el Madison. Se imagina en su cabeza la voz de Adam Silver escogiéndole en el draft, siendo entrevistado tras la ceremonia Pero la realidad difiere de la imaginación. Tan solo un puñado de los que practican este deporte llegan a ser profesionales. A continuación, recordaremos a jugadores que se lesionaron en su primer año y que, a pesar de no tener experiencia, han sido capaces de recuperarse y llegar a convertirse, algunos, en estrellas de la liga:

Julius Randle fue All-Star por vez primera este año. El jugador franquicia de los New York Knicks está en unos promedios de 23 puntos, 6 asistencias y 11 rebotes. Ha liderado a una entidad que lleva años navegando a la deriva y ahora ocupa la sexta posición en el Este. Lo que nadie recuerda de Julius es que el día de su debut con los Lakers en el año 2014 solo jugó 14 minutos. Se fracturó la pierna y fue baja toda la temporada. Tras recuperarse, fue ganando minutos e importancia en Lakers. En 2018 firmó un contrato notable con Pelicans, pero sería en la temporada 19-20 cuando los Knicks apostaron fuerte por él y le firmaron por 63 millones y 3 años. El paso del tiempo ha demostrado que, aunque parezca un milagro, los Knicks acertaron firmando a Julius Randle.

EL 'CASO GRIFFIN'

Se ha hablado mucho de Blake Griffin estas últimas semanas en la NBA. Tras su turbulenta salida de Detroit, fueron finalmente los Nets los que consiguieron hacerse con los servicios del ala-pívot que brilló en la era del Lob City de Los Ángeles Clippers. El equipo angelino escogió a Griffin en el draft 2009 con su pick número 1. Blake fue MVP de la Summer League, pero en el último partido de pretemporada se fracturó la rótula tras una mala caída haciendo un mate. Aun así, Griffin supo gestionar bien la presión de ser un número 1 de draft. Se recuperó de su lesión, y en la siguiente campaña demostró que la espera por verle volar había valido la pena. En su segundo año como profesional, ya era All-Star.

LaMelo Ball es el ejemplo más reciente. El jugador de los Charlotte Hornets se perderá lo que resta de temporada tras lesionarse la muñeca el pasado sábado contra los Clippers. El número 3 del pasado draft estaba promediando 16 puntos, 6 asistencias y 6 rebotes por noche. Parecía que era el claro favorito para alzarse con el trofeo ROTY (Rookie of the Year) pero esta lesión le aleja de ganarlo. La progresión en las últimas semanas de Anthony Edwards, el pick número 1, le pondrá las cosas difíciles al pequeño de los Ball.

En Philadelphia están muy familiarizados con este tipo de historias. En el año 2013, firmaron a Nerlens Noel, pero no jugó ni un minuto en su primer año debido a unos problemas en la rodilla que le han ido lastrando durante toda su etapa en los Sixers. En el 2014, con la elección número 1 seleccionaron a Joel Embiid. Lo que debía ser el comienzo de la reconstrucción de una franquicia histórica se tornó en una pesadilla para Philly. Embiid se quedó en el dique seco durante toda la temporada 14-15. Al comienzo de la temporada siguiente, los Sixers anunciaban que Joel no se recuperaba y tuvieron que dejarlo otro año más sin jugar.

EL HOMBRO DE FULTZ

La temporada 16-17 parecía ser el despegue de Philadelphia. Ya con Embiid recuperado y con la adquisición (también con la elección número 1) de su nuevo base, Ben Simmons, estaban preparados para competir. Pero, un año más, la mala suerte se cebó con los Sixers y Simmons se rompió el quinto metatarsiano del pie derecho. Toda la temporada de baja.

Un año más tarde y con ánimos renovados, los Sixers consiguieron por fin juntar a sus dos jóvenes promesas (Simmons y Embiid) con un nuevo talento extraído, otra vez, de la primera posición del draft de 2017. Markelle Fultz debutó en su primer partido con los Sixers junto a Simmons y Embiid, pero, a los pocos días, la franquicia declaró que su nueva promesa tenía unas molestias en el hombro que le impedían tirar, así que decidieron apartarlo del equipo. El hombro de Fultz se tornó en una incógnita para todo el mundo NBA. Nadie sabía que le pasaba a ese hombro, pero algo no funcionaba bien. Su mecánica de tiro parecía haberse desvanecido por completo y cada vez eran más las voces que catalogaban de fracaso la elección en el número uno de Markelle. En el 2019, los Sixers decidieron cerrar la etapa de Fultz como jugador de Philadelphia y lo traspasaron a Orlando Magic, donde por fin encontró su sitio.

Así es de rocambolesco es este deporte. En cualquier momento cualquier jugador puede decir adiós a una temporada entera. Lo único que podemos hacer es deleitarnos cada noche con las jugadas que nos dejan. Y rezar, rezar para que nadie se lesione.