La Real Federación Española de Fútbol ya ha desvelado los primeros detalles oficiales de la nueva competición llamada ‘Primera RFEF’, o lo que también se le ha venido llamando coloquialmente como Liga Pro, es decir, esa nueva Segunda B más elitista que pretende equipararse al fútbol profesional, aunque en la teoría no puede hacerlo por ser competencia de la Federación Española.

Más de 60 clubs asistieron este jueves a una reunión en Las Rozas donde se dieron a conocer esos detalles de la nueva Primera RFEF. Ya era sabido que la compondrían 40 equipos divididos en dos grupos. Este jueves quedó claro que habrá una distribución geográfica por grupos, aunque no se desveló si sería norte y sur. El primer clasificado de cada grupo (el campeón) ascenderá directamente a Segunda División. Del segundo al quinto de cada grupo se juega un playoff de ascenso. De ahí saldrán otros dos ascensos. En estos playoff se eliminan los penaltis y pasará siempre de ronda el equipo con mejor puntuación en liga regular. La gran criba viene por abajo, con hasta diez descensos. Bajarán los clasificados entre los puestos 16 y 20.

Uno de los temas llamativos que trascendió en la reunión es que para la inscripción obligatoria en la nueva competición habrá que abonar una cuota y aval inicial mínimo de 200.000 euros, que se irá incrementando en función del presupuesto. La competición buscará un nombre oficial a través de un gran patrocinador que reporte dinero, mientras que estrenará nueva imagen y parche que irá en las camisetas de los equipos, con dorsales y nombres propios.

La convocatoria máxima de jugadores por encuentro será de 23, mientras que cada club debe contar con un médico colegiado con licencia en los partidos y entrenamientos.

Con respecto a las licencias, habrá un máximo de 23 por plantilla de jugadores, siendo 18 al menos profesionales. Deberá haber también un mínimo de ocho fichas sub-23. No habrá límite de extracomunitarios.

Por otra parte, y para darle un toque mucho más profesional, la nueva Primera RFEF exigirá que todos los equipos participantes tengan césped natural a partir de la temporada 2022-2023.

Reparto televisivo

La gran incógnita que todavía tiene esta competición, y que resulta clave resolver para ver su nivel de profesionalismo, es el dinero a percibir los clubs en concepto de reparto en derechos de televisión. Para ello, lo primero será cerrar un acuerdo con el operador de televisión que se vaya a quedar con estos derechos. Todavía no han trascendido nombres en firme, pero las primeras informaciones apuntan a que la venta de estos derechos de manera centralizada estaría muy lejos de las primeras previsiones. Así las cosas, se calcula que cada equipo podría recibir una cantidad aproximada de 300.000 euros por los derechos de televisión, una cifra que estaría muy lejos del millón de euros del que se habló a inicios de este año cuando se lanzó la idea de la Liga Pro.

Desde la Federación Española explican que la idea para las próximas temporadas será repartir de manera equitativa un 50% del dinero que se obtenga de la venta de derechos de televisión, mientras que habría un 25% a repartir por resultados deportivos y otro 25% por audiencias generadas.

Quedan otras dudas pendientes de resolver cómo el salario mínimo profesional que percibirá cada jugador y sobre cómo se hará un control exhaustivo de las cuentas de los clubes para que se cumplan los contratos y se elimine el pago en B.