Con el ánimo por las nubes y posibilidades de soñar con cotas mayores, el Cáceres Patrimonio de la Humanidad visita este sábado al Real Murcia (20.00 horas) en busca de una victoria que deje prácticamente amarrada la permanencia en la LEB Oro, «principal objetivo del club y la obsesión que todos tenemos en la cabeza», como dice Roberto Blanco, técnico de los verdinegros.

Con la baja segura de Fran Cárdenas (el club aún está pendiente de un diagnóstico definitivo que le podría permitir incluso la incorporación de otro jugador), los focos están sobre Devin Schmidt, el mejor del Cáceres en la última victoria ante el Lleida, y Roeland Schaftenaar. Ninguno pudo participar en el entrenamiento de este viernes antes de partir hacia Murcia (nueve horas de autobús). Son los típicos problemas por la acumulación de partidos que cada semana obligan a «hilar muy fino» en los entrenamientos para evitar problemas. «Tengo confianza plena en que los dos puedan participar en el partido. Cuando más difícil es una situación es cuando sale el carácter de las personas», apunta Blanco, convencido de que los restos «están para superarlos».

Tras encadenar dos victorias seguidas (ante Girona y Lleida), el Cáceres está ante la posibilidad de dar un paso al frente que incluso le permitiría soñar con el primer puesto que da acceso al playoff de ascenso. A falta de cuatro jornadas es segundo, aunque con las mismas victorias, ocho, que el Girona, que tiene un partido más. Pero tampoco está lejos el peligro de descenso, por eso Roberto Blanco opta por la prudencia. «En otras circunstancias diría que con una victoria nos bastaría para salvarnos, pero esta liga es tan complicada, cada fin de semana se ven unos resultados tan raros, hay tanta competitividad, que no me atrevo a decirlo. Una victoria obviamente nos pone en pista de salida para conseguir nuestro objetivo y mirar para arriba, que para abajo ya hemos mirado muchas veces esta temporada».

En Murcia espera el preparador verdinegro un partido físico (también su homólogo Rafa Monclova), «disputado y trabado». Pero no solo destaca Blanco el buen estado de forma del rival. «Es un equipo del que siempre se habla de su potencial físico, de su atleticismo, de su capacidad física para defender y rebotear, pero es más que eso, es un equipo no exento de talento y con mucha experiencia. Tiene un alto ritmo de juego y es muy difícil de batir en casa». Para los murcianos este será su último partido en su pabellón, otro punto contra el que deberá luchar el Cáceres.