Al colegiado Roberto Paredes Carrasco le ha pasado de todo en los 100 partidos que ha dirigido en Tercera División. «Una vez en el sorteo de campos la moneda cayó de canto, eso solo me ha ocurrido una vez», comenta este colegiado de Navalmoral de la Mata. Un árbitro que empezó a la edad de 17 años por «un amigo que me dijo que probase», y le gustó bastante a juzgar por sus cifras de partidos pitados. 

Todavía mantiene el recuerdo de su primer partido en Tercera División. «Fue el 1 de septiembre de 2013, un duelo entre el Ciudad de Plasencia y el Díter Zafra. ¡Ya ha llovido desde entonces!», rememora. Ahora, con 28 años, recuerda también su paso por las categorías inferiores del Moralo. «Jugué al fútbol hasta infantiles, pero no era lo mío», señala entre risas. 

El pasado domingo, en el Fransico de la Hera como escenario, Paredes Carrasco alcanzó la cifra redonda de 100 partidos dirigidos. «Yo no sabía que cumplía esa cifra, fueron los compis de la delegación que me regalaron la camiseta. La verdad que fue un bonito detalle que será difícil de olvidar», apunta. Si los inicios en cualquier profesión son complicados, en el mundo arbitral aún más. 

«Al principio sentía muchos nervios, poco a poco me fui enganchando y ganando el respeto de la gente. Además, también tener a los compañeros de delegación que tengo ayuda mucho a mejorar y a seguir adelante», explica. Y es que Navalmoral es cuna de grandes árbitros. Jayro Muñoz, por ejemplo, apunta maneras para llegar a la élite del fútbol. «Entre todos nos ayudamos y somos como una familia», resalta Paredes Carrasco. 

Evolución en el arbitraje

Todo evoluciona. «Si me preguntan hace cinco años diría que la gente no valoraba nuestro oficio, pero ahora mismo estamos mucho más reconocidos. En Tercera los jugadores y también los aficionados saben que nos estamos jugando mucho. Afortunadamente, todo ha ido cambiando y cada vez más la gente valora la función del árbitro», explica. 

Tanto ha cambiado que incluso después del partido muchos jugadores le felicitaron por este registro centenario. «El capitán del Miajadas, Álex Jiménez, por ejemplo vino a felicitarme por este centenario. Y toda la gente del Extremadura y Miajadas también me dijeron que estaban contentos por mi trabajo», resalta. Y es que ese área de mejora, la comunicación con los jugadores, la trabaja bastante. 

«En los primeros partidos expulsé a Barbero --actual delantero del Moralo-- por protestar. He aprendido a tener mano izquierda y controlar mejor los partidos sin necesidad de sacar las tarjetas», apunta. Y es que los árbitros son humanos y fallan. «Claro que fallamos, vemos los partidos después y analizamos nuestros partidos. Esas noches de enfado con uno mismo las sufre mi familia», señala.