1 - Mérida: Petr, Rubén Valverde (Gian Méndez, min.62), Nacho González, Erik (Javi Zarzo, min.62), Álvaro Barbosa, Marc Carbó (Carlos Selfa, min.46), David Rocha, Mario Robles, Chirri Monje, Marc Fraile (Cristian Oliva, min.88) y Dani García (Jaume Tovar, min.34).

0 - Atlético Baleares: Xavier Ginard, Luca Ferrone, Cristian Pérez, Olaortua, Carlos Cobo, Miguel Cordero (Manel, min.77), Liam (Vinicius Tanque, min.29), Alberto Gil (Orfila, min.77), Fito Miranda, Corominas (Antoni Llabres, min.77), Marcos Baselga (David Haro, min.52).

Gol: 1-0: min. 68, Nacho González.

Árbitro: Fernández Cintas. Andaluz. Amonestó a los locales Nacho González, Erik y Mario Robles. Expulsó al visitante Fito Miranda por doble amarilla en el minuto 46.

Incidencias: Estadio Romano José Fouto. 1.500 espectadores.

Lo mínimo que esperaba la afición del Mérida, para el último encuentro de la temporada, es que su equipo hiciera un buen partido frente a un Atlético Baleares que tampoco se jugaba nada, pues tenía asegurado su ascenso a Primera RFEF. La victoria por la mínima (1-0) y el buen partido realizado dejó con buen sabor de boca a la parroquia romana que espera que en la próxima campaña en Segunda RFEF se consiga el ascenso.

Como ninguno de los dos contendientes se jugaban nada a nivel clasificatorio, en la primera mitad se sumó que el rigor defensivo no era excesivo por parte de ninguno a que ambos tienen argumentos técnicos como para disfrutar de la pelota, por lo que desde el principio se vieron largas posesiones por parte de los dos, aunque con pocos acercamientos con peligro real. Si acaso, uno por cada bando. Primero serían los visitantes por mediación de Marcos Baselga; después los locales, con una empalada con la izquierda del local Chirri Monje, tal como le venía, que se fue fuera por poco.

A partir de entonces, parecía que el Mérida empezaba a tener más la pelota, sin embargo, las lesiones prácticamente consecutivas que obligaron a las sustituciones del visitante Lian y del emeritense Dani García, pararon el ritmo del partido, lo que le vino mejor al equipo balear que dispuso de un penalti a falta de diez minutos para el descanso. Vinicius Tanque, que salió por Lian, habilitaba a Baselga, mientras que el cancerbero, Petr, no midió bien la salida y derribo al delantero. El joven guardameta, que completaba su segundo partido consecutivo, pudo resarcirse al atrapar la pena máxima lanzada por el mismo que la sufrió.

Al minuto de la reanudación, la película del partido cambiaría radicalmente con la expulsión del visitante Fito Miranda por doble amarilla. A partir de entonces, el dominio local fue apabullante, pero los centrales visitantes, Cristian Pérez y, sobre todo, Olaortua, dieron una lección de cómo defender dentro del área propia. A pesar de que los de Miguel Rivera estaban plantados en campo contrario, no conseguían mirar a portería, y cuando lo consiguieron, por mediación de Mario Robles, fue anulado por posición reglamentaria. El tanto llegaría en el minuto 67, tras una falta lateral muy bien lanzada por David Rocha para que Nacho González estirara su pierna derecha en el primer palo y adelantara a los suyos.

El gol no cambió el transcurso del partido, aunque Xavi Calm, que había dejado a muchos habituales en el banco, empezó a meter artillería arriba, por lo que daba la sensación de que, si el Mérida no estaba muy atento en las coberturas, el Atlético podría ser muy peligroso corriendo al espacio.

Los emeritenses llegaron a marcar otro gol con un disparo de Álvaro Barbosa, pero tampoco subió al marcador por fuera de juego.

Parecía que el partido iba a morir sin sobresaltos y con la victoria local, pero a un equipo de tanta calidad, no se le puede dar por muerto nunca, y a punto estuvo de marcar Vinicius Tanque en el noventa desde el punto de penalti, tras un centro de David Haro, pero Nacho estorbó lo suficiente como para que no rematara cómodo, aunque la posición fuera muy ventajosa.

Al final, la grada despidió a los suyos con aplausos, aunque la mayor ovación se la llevó Erik cuando fue sustituido en la segunda parte, como en un mensaje por parte del respetable de que le gustaría que se mantuviera en el equipo la próxima temporada.