73 - Cáceres Patrimonio de la Humanidad: Jorge Sanz (7), Jeff Xavier (9), Sylvester Berg (15), Paco del Águila (2), Roeland Schaftenaar (4) –cinco inicial- Devin Schmidt (11), Ferrán Ventura (14), Aitor Etxeguren (3), Raven Barber (8).

61 - Basquet Girona: Albert Sabat (5), Pep Busquets (9), Ryan Logan (4), Davis Rozitis (9), Olaf Schaftenaar (5) –cinco inicial- Pedro Barral (6), Kari Jonsson (0), Robert Cosialls (5), Biram Faye (8), Gerard Sevillano (8), Lamin Dibba (0).

Marcador por cuartos: 16-8, 26-24 (descanso), 42-47 y 73-61 (final).

Árbitros: Lizana, Marqueta y Areste. Eliminados: Busquets (min. 36) y Sabat (min. 38).

Incidencias: Última jornada de la segunda fase (grupo permanencia) en la LEB Oro. 500 espectadores en el Multiusos.

El Cáceres Patrimonio de la Humanidad firmó una enorme remontada para superar al Basquet Girona (73-61, incluyendo un increíble parcial de 20-0 en el último cuarto) y ahora tendrá que comerse las uñas durante dos días porque del Ourense-Real Murcia que se juega este martes a las 19.00 horas dependerá si es campeón de grupo y disputa las eliminatorias de ascenso ante el Covirán Granada. Lo que le conviene es una victoria de los gallegos, que se juegan la permanencia en la LEB Oro.

 No era un objetivo prioritario, pero si los verdinegros consiguen prolongar la temporada al menos durante una serie a tres partidos la sensación será incluso mejor que la que quedó en el ambiente del Multiusos tras vencer al Girona. La muy meritoria salvación ya estaba firmada hace días, pero esto sería un delicioso extra.Y resulta bastante factible en lo que ha sido una campaña dificultosa que este mismo domingo le ha costado el descenso a un proyecto similar a Cáceres, el del Força Lleida.

El disputado ante Girona fue uno de esos partidos contradictorios: escasos de calidad y lleno de errores en su mayor parte, pero intensísimos y emocionantes. Los dos equipos empezaron abrumadoramente fallones. Un poco más el Girona, cuyas anotaciones se espaciaban en el tiempo de un modo terrible. El Cáceres le echaba ganas y mucha entrega defensiva, consciente que podía ser la última vez que jugase ante su público esta temporada, y eso de ejercer como anfitrión acompañado es un lujo en estos tiempos.

El escenario era bueno al final del primer cuarto (16-8), sumando incluso buenos detalles de Aitor Etxeguren. 

La ceguera ofensiva se contagió al bando local en el segundo periodo, lo que permitió a Girona, con un poco de acierto, acercarse (19-17, min. 15). Fue una fase calamitosa, una de esas en las que Devin Schmidt suele aparecer al rescate, pero esta vez no pasó. Encadenó una acción precipitada tras otra y hasta se encaró con un rival. El otro cañonero de la plantilla, Jeff Xavier, le ponía voluntad en un día especial para él --igualaba el récord de partidos jugados en LEB Oro para un extranjero--, pero tampoco veía aro. Al descanso, un parquísimo 26-24.

LA LOCURA / Girona siguió mejorando muy lentamente, pero lo suficiente como para ponerse por delante (27-29, min. 23). La primera canasta de Schmidt no se produjo hasta entonces y, aunque pudo parecer en principio un revulsivo, se quedó en nada. El Cáceres vivía agarrado a las acometidas constantes de Sylvester Berg, unas veces atropelladas y otras cautivadoras. Si afina en el tiro, este chico tiene opciones de estar en la élite.

A poco que los catalanes engancharon un poco más de puntería en el tiro exterior se pusieron con su máxima ventaja de todo el choque coincidiendo con el final del cuarto (42-47).

Dos canastas seguidas de Albert Sabat, hasta entonces inadvertido más allá de sus problemas de faltas, abrieron el acto decisivo y pusieron todo bastante cuesta arriba (42-52, min. 31). 

Parecía que las fuerzas del Cáceres se habían agotado, encaminándose a una derrota que hubiese dejado un sabor agrio: a 7 minutos perdía de 9 (47-56). Pero...

Roberto Blanco festeja la victoria. J. P. JIMÉNEZ

Pero fueron decisivos en ese momento tres triples consecutivos: dos de Ferrán Ventura --qué jugador más útil para estos niveles está cocinando en el Multiusos-- y otro de Jeff Xavier. La contienda no solo se igualó, sino que además se desequilibró porque Schmidt se unió a la fiesta con un par de acciones ‘de las suyas’. Por una vez la ausencia en pista del único director de juego puro disponible, Jorge Sanz, no supuso un bajón. Pero es seguramente el momento más inapropiado para hablar de nombres propios porque fue todo el equipo, incluso los hombres que estaban en el banquillo, el que levantó la situación a base de empuje. El parcial alcanzó el 20-0 y el Girona, atónito, arrojó claramente la toalla porque veía que el ‘playoff’ se le esfumaba delante de sus narices.

La fiesta, primero por la victoria en sí y luego por abrir la posibilidad de jugar por el ascenso, se desbordó por momentos. El Cáceres hubiese sido ya campeón de grupo si Murcia hubiese caído ante Tizona Burgos, pero no pasó (75-88) y ahora hay que esperar y confiar en las meigas. Qué divertido suspense para culminar un año extraño al máximo.