5 - Trujillo: Jordi Pérez, Dani Herrero, Nando, Leo, David Pérez, Juanqui, Beato (min. 78, Carlos Sanz), Ángel Luis (min. 78, Bryan), Chori (min. 59, Nombela), Álvaro (Jon, min. 81) y Joselu (min. 81, Manzano).

0 - Campanario: Isi Jareño, Antonio, Loren, Gideon (min. 46, De Tena), Barquero (min. 46, Miguelito), Cabanillas, Víctor (min. 70, Churre), Saviola (min. 57, Alejandro), José Alberto (min. 42, Elías), David y Enrique.

Goles: 1-0-Min. 7: Leo. 2-0-Min. 14: Beato. 3-0-Min. 55:Chori. 4-0-Min. 68: Joselu. 5-0-Min. 87: Manzano..

Árbitro: Ignacio Holcer Levato. Tarjetas a los visitantes Loren y Gideon.

Incidencias: Última jornada de la fase de permanencia a Tercera en partido disputado en el Julián García de Guadiana ante la presencia de 400 espectadores, 100 de ellos visitantes

El Trujillo consigiuió su objetivo de la permanencia en Tercera por segundo año consecutivo y mandó al Campanario a Primera exttremeña con una goleada clara (5-0) en el que pudo ser el partido más completo de la temporada. 

El encuentro quedó sentenciado muy pronto, ya que en el minuto 14 el cuadro de Maxi Ovejero ya contaba con un 2-0 a su favor. Ahí prácticamente se acabó la última duda que pudiera surgir en este choque. El Trujillo, espoleado por su superioridad, fue claramente superior a su oponente.

Se terminaron pronto las cuentas. Al Trujillo le bastaba el empate, pero no salió con esa consigna de ser conservador. Antes al contrario:atacó, como también el Campanario, que participó en el intercambio de golpes en un entretenísimo arranque. Joselu por los locales y Saviola por los visitantes pudieron marcar.

Sin embargo, el tanto de Leo inclinó la balanza tras un córner rematado por Leo. El 2-0 fue una jugada de David Pérez, que conectó con Joselu y éste con Beato para marcar. A partir de ahí se hundió el Campanario. 

Hubo opciones de Chori y Álvaro, pero hasta el segundo tiempo no hubo más goles, con una supremacía trujillana bastante evidente. Los goles fueron producto de esta dinámica. Los tantos de Chori, Joselu y Manzano fueron el reflejo de un encuentro en el que al final se vivieron las dos caras clásicas cuando esto ocurre:la euforia de unos y la depresión de los otros. Y todo ello, con una deportividad evidente entre ambos.