La atleta extremeño-ecuatoriana Mercedes Pila se ha proclamado brilante campeona de España de 50 kilómetros en ruta, en la competición disputada en Santander. La veterana deportista, que esta semana (en concreto el día 10) ha cumplido los 42 años, da de este modo un paso adelante más en su carrera, que contiene una buena cantidad de éxitos, ya como veterana, después de superar diferentes dificultades en su vida.

Mercedes Pila ya fue tercera en el Campeonato de España de Maratón de los dos últimos años de la dura especialidad y estrena el palmarés de los 50, que por primera vez son oficiales, junto a los 100 kilómetros. Y también logró el bronce en el Mundial de Skyrunning en Escocia en el año 2018, ya represantando a España y Extremadura. 

Pila hizo este sábado para imponerse una marca de 3 horas, 33 minutos y 33 segundos, muy por delante de la segunda Nerea Arregui (3.46.07) y de la tercera, Teresa Velasco (3.53.15).

 La protagonista nació en Ecuador, pero tiene la nacionalidad española y el pasado año contaba que hacía cuatro que vivía en Jarandilla de la Vera trabajando en una explotación agrícola. Al mismo tiempo, entrena junto a su pareja, Gonzalo Bernabé. Sus éxitos tanto en atletismo como en la modalidad de carreras por montaña han sido crecientes.

Ella misma lo relatiba así en una entrevista en este diario el pasado año, en pleno confinamiento. Nacida en la sierra, muy cerca del volcán de Cotopaxi y a 85 kilómetros de la capital, Quito, en la humildísima San Juan de Pastocalle (10-6-1979), su infancia fue todo menos idílica. 

«Mi padre era alcohólico y mi madre ha trabajado mucho y estaba sola. Yo misma he trabajado desde que tenía 12 años. No teníamos para comer y mucha gente ni se te quería juntar porque éramos tan pobres… A veces solo comíamos un trozo de limón que nos vendían por un céntimo en el colegio. ¡Ni siquiera un limón o medio limón! ¡Un trozo! Era lo que nos servía», relataba, intentando que no se le rompa la voz.

Llegó a España en el 2000, con 20 años. «El mes en el que los cumplí decidí venirme por necesidad. Mi familia no alcanzaba. Un primo que tenía aquí me dijo que, con un mes que trabajase, ya podía tener la lavadora, la nevera… En Ecuador compré una licuadora y estuve dos años pagándola a plazos», cuenta. Trabajó como empleada de hogar, pero «tras tres años de interna en una casa no me querían hacer los documentos, me querían tener casi como esclava. Así que me cambié a otro trabajo con una mujer muy honesta que me ayudó con los papeles y a conseguir la doble nacionalidad». Así es Mercedes Pila, una atleta muy especial que tiene a Extremadura como un apoyo vital y deportivo de primera magnitud, y así se ha acreditado en sus excelentes resultados conseguidos en estos últimos años.