«Me aconseja, me corrige y me ayuda siempre». Lo dice Inma Lavado, 21 años, central de Ribera del Fresno, sobre Alba Sánchez, moralejana de 29 que en los últimos tiempos juega de líbero. Y lo atestigua en el contexto de la selección nacional de voleibol, en la que coinciden estos días con éxito, después de clasificarse para la final a cuatro de la Golden League europea. En el caso de Lavado ha sido la primera convocatoria con debut incluido. En la de Sánchez, lleva camino de los 90 encuentros internacionales. «Me hace muchísima ilusión. En su partido del debut, coincidir con ella en pista me hizo muy feliz y lo celebramos todas», agrega Sánchez con tono entusiasta.

«Nos llevamos muy bien», resume la ribereña, que durante muchos años ha admirado a su compañera, jugadora que acaba de renovar en el Olímpico de Las Palmas, entre lo más granado de la Superliga y que disputará Champions la próxima temporada. No es baladí su trayectoria, en la que se incluye el Premio a la Mejor Deportista Extremeña en el año 2014.

Alba e Inma tienen en común haber militado en el Extremadura Arroyo, aunque sin coincidir. «Cuando fui allí, con 18 años, pensé: voy a ir donde ha estado Alba, a la que siempre he tenido en un pedestal», dice con orgullo Inma Lavado, actual jugadora del Emevé Lugo también en la élite, club que le firmó hace dos años procedente precisamente del Arroyo.

Un sueño

Lavado vive un sueño, apunta. Esta estudiante de Técnico de Animación de Actividades Físicas y Deportivas (Tafad) y que se ha examinado estos días en la ciudad gallega espera conseguir mucho en el voleibol. «Cuando empecé a tener un poco de uso de razón, en cadete, me decía a mí misma: ¿por qué no voy a poder estar ahí?». Y todo ello se está cumpliendo a base de esfuerzo, primero en su colegio y el club impulsado por Juan Carlos Salguero. «Yo era más futbolera, pero me dijo que por qué no practicaba el voleibol. Era alta ya, y al principio no me gustaba, pero a partir de una competición de multideporte todo cambió».

Un entrenador del Mairena Voley de Sevilla se fijó en ella tras un partido amistoso. Y allí jugó en Superliga 2 un par de años. «Fue una buena experiencia. Allí seguí estudiando y jugando al voleibol y me fue bien». Tan bien que volvió a Extremadura, al Arroyo, para completar una excelente temporada, culminada en un ascenso a Superliga que no se concretó en las canchas. «Fue una pena, sí, que no se pudiera», asume.

En el caso de Alba, su carrera en la selección viene de largo, «desde los 18 o 19 años», rememora la moralejana, la primera extremeña en llegar al combinado nacional. «Tenía muchas ganas de que hubiera otra con nosotras», recalca, para decir después que la actitud de Lavado está siendo la mejor. «Es supertrabajadora, siempre quiere seguir aprendiendo y todo con el máximo esfuerzo y humildad», afirma acerca de la agradecida joven ribereña.

Introductora

La líbero es la jugadora de más edad del combinado, sin ser todavía una veterana, dentro de la renovación de un equipo que está dando sus frutos y que aspirará a todo en la Golden League del próximo fin de semana. Y como tal ejerce de introductora de su paisana en un grupo en el que se ha integrado extraordinariamente. Alba Sánchez dice que, con Pascual Saurín el seleccionador y entrenador en varios equipos, incluido el actual, en Las Palmas, ya había comentado detalles de las buenas condiciones como jugadora de Lavado. «El Emevé Lugo nos gustaba mucho como equipo y ella en él, por supuesto». No descarta coincidir algún día en un club, ya sea en España o fuera del país. Ambas guardan, además, un recuerdo imborrable de Arroyo, un club humilde que les hizo madurar de la mano de Adolfo Gómez.

Ninguna de las dos extremeñas se plantea ahora su futuro fuera del voleibol, aunque Inma dice que previsiblemente será policía. Relacionado con ello, fue protagonista el pasado año de una espectacular persecución a un ladrón en Vigo que acaparó titulares en la prensa gallega. Alba, mientras, sabe que puede opositar. Sin embargo, a ambas, sin duda, su única idea actual es disfrutar de su deporte, deseo que, a la vista está, se cumple sobradamente.

Alba Sánchez, 156 partidos, de ellos 95 oficiales y 61 amistosos, con la selección española. Inma acaba de llegar. ¿Será para quedarse y firmar una carrera similar? Quién sabe. De momento, pelea por ello.