No está feliz Juan Carlos Antúnez Vázquez (Badajoz, 29 de mayo de 1983). Tras más de una década en la gestación y en el banquillo del Santa Teresa, con el que ha hecho historia llegando a la élite, su partido del fin de semana ante el Sporting de Huelva será el último. En esta entrevista responde a 11 preguntas, una por cada año que ha sido entrenador del equipo de fútbol femenino de referencia en Extremadura. En su adiós, asegura que asume su parte de culpa en el descenso, pero no en lo extradeportivo. «Desde hace seis meses soy ajeno a las decisiones y actuaciones que toma el club», afirma dolido.

11 años en el Santa Teresa. Su final, es evidente, no será el que hubiera deseado...

No, evidentemente no. Ni por el contexto en sí mismo, ni por las circunstancias que han ido sucediendo. No pedía ningún homenaje ni mucho menos, pero al menos un agradecimiento en tiempo y forma.

¿Qué parte de culpa se atribuye usted de lo ocurrido, a que no pueda tener un adiós como hubiera deseado y hubieran ocurrido cosas que no le hayan gustado?

Si te refieres al descenso deportivo, pues la mayor parte. Soy el entrenador y las decisiones deportivas han sido equivocadas en muchos casos y no se ha conseguido el objetivo marcado, que era salvar al equipo. Si te refieres a lo extradeportivo, poca o ninguna, pues desde hace 6 meses soy ajeno a cualquier decisión o actuación. De hecho muchas decisiones ‘tipo’ han condicionado mis decisiones deportivas.

¿Con qué se queda, en lo positivo, de todo este tiempo?

Con todo: experiencias en estadios, victorias ante transatlánticos deportivos, pero sobre todo con la gente que me ha permitido lograrlo. Me quedo con todas las jugadoras, sin excepción, que son las que realmente han conseguido los éxitos de todos estos años, todos los compañeros de las categorías inferiores y tanto con Pablo Ritoré como con María Jesús Vega, que han confiado siempre en mi para el proyecto.

¿Se ha sentido demasiado solo este año?

No. Solo nunca. He tenido mucho apoyo de las jugadoras, de amig@s, de aficionad@s... en nuestra profesión se toman todo el día decisiones injustas con gente querida incluso. Y durante 11 años ni te imaginas.

¿Cree que le han puesto zancadillas?

No, zancadillas no lo creo, pero evidentemente muchas decisiones que han tomado sin la explicación pertinente, pues parece que podían ser responsabilidad de quienes no habíamos tomado ni parte en ella. Eso quizás es lo que más me ha dolido. Para ejemplo, la penúltima: el club decide ‘dar vacaciones tras el descenso’ y ni lo ha hecho público, lo que ha provocado que mucha gente por la calle me dijera que no estaba bien descender y que yo y las jugadoras nos fuéramos de vacaciones por expresártelo en un tono suave.

¿Qué futuro como club tiene el Santa Teresa?

De verdad que no lo sé. Desde enero no tengo casi nada de información, desconozco el proyecto ni qué intenciones hay.

¿Se ha vivido por encima de las posibilidades de un club modesto?

No, no lo creo. Seguramente sí que a veces se han marcado unas expectativas poco reales o en base a supuestos que luego no han sucedido. Posiblemente sí hemos sacado bien a relucir nuestras virtudes y hemos escondido nuestros defectos.

¿Cuál es su futuro ahora como entrenador?

Como entrenador, por profesión, seguir viendo fútbol y si llega algún proyecto que encaje pues estudiarlo. No tengo ni prisa ni pausa, ni por supuesto voy a dejar de escuchar cualquier proyecto que me llegue, sea de la categoría que sea. Es verdad que tenía dejado otros proyectos laborales en el fútbol a nivel gestión y me gustaría retomarlos.

¿Cuál es su diagnóstico sobre el fútbol femenino extremeño?

El fútbol extremeño goza de buena salud a nivel técnico de jugadoras, pero tenemos dos inconvenientes muy grandes que no nos hacen crecer como deberíamos. En primer lugar las dimensiones de la comunidad y sobrecoste que eso supone para las jugadoras al desplazarse y para los clubes de poder sufragados. En segundo lugar el número reducido de jugadoras hace que la paciencia de las jugadoras y sobre todo de los padres por llegar a categoría nacional sea mucha, en muchas ocasiones olvidándose de formarse bien y pedir que los clubes nos preocupemos de eso.

Se vuelve a hablar de profesionalismo en el fútbol femenino. Ya es, a todos los efectos, profesional. ¿Usted se lo cree?

Bueno, es a nivel jurídico y parece que hay buena predisposición por todos los actores principales de que todo eso se lleve a cabo. El problema es que nos encontraremos muchas trabas, tanto legales como ‘reales’ y habrá que tener paciencia.

Para terminar, dé tres nombres de todos estos años en el Santa Teresa y arguméntelo.

Estefa, Chica y Solete. Muy fácil, creo que el fútbol es de las futbolistas en primer lugar. Y por supuesto que hay muchas futbolistas importantes en la historia, pero creo que cada una de ellas encarna los valores y le dan sentido a lo que creamos hace 11 años. Estefa, la líder de casa, siempre referente, siempre humilde. Siempre ha dado la cara y nunca ha eludido la responsabilidad. Renunció a todo por ser el escudo de este club. Chica, la jugadora cacereña humilde a la vez que importante y determinante. Siempre venían grandes jugadoras, pero al final siempre respondía en los momentos decisivos. Solete cerraba su negocio muchos fines de semanas y perdía su dinero por cumplir el sueño de volver a Primera. Era un ejemplo en cada entrenamiento y eso tiene un valor incalculable. Ellas y el resto de compañeras que han pasado por el club son los verdaderos nombres propios.