El Cáceres Patrimonio de la Humanidad ya ha cerraro su primera pieza para la temporada 2021-22. Se trata del el escolta Manu Rodríguez (Granada, 17-8-1991). Es un perfil que se adapta a lo que está buscando el equipo en las últimas semanas, sobre todo tras confirmarse la marcha de Ferrán Ventura: un exterior que puede anotar de distintas maneras y al tiempo ser una referencia defensiva. Pero quizás lo más llamativo sea su experiencia: cinco de las seis últimas temporadas las ha jugado en LEB Oro, incluyendo las últimas cuatro en el Covirán Granada de su ciudad natal, con el que se quedó al borde del ascenso recientemente. Jugador de rotación, promedió 5,9 puntos en 21 minutos, lastrado por su peor temporada en el triple (solo un 27%).

Rodríguez, de 1,92 de estatura, llegó a debutar en ACB en su etapa de formación con el extinto CB Granada, allá por la temporada 2009-10. Entre esa y la siguiente llegaría a jugar 15 partidos en la máxima categoría. Después, al tiempo que estudiaba la carrera de Biología, se buscó la vida en el baloncesto aquí y allá: Guadalajara (LEB Plata), tres años en Castellón (incluyendo un ascenso a Oro), Oviedo (también en la segunda categoría) y, desde 2017, vuelta a Granada, con un nuevo ascenso al llegar.

El nuevo director general deportivo, Eduardo Pascual, y el entrenador, Roberto Blanco, trabajan ya codo con codo para configurar a toda prisa la plantilla, que se parecerá muy poco a la de la pasada campaña. El que más posibilidades tiene de seguir es hoy por hoy el base Jorge Sanz. A Devin Schmidt se le ha hecho una oferta que, aunque está a gusto en Cáceres, no termina de llenar sus pretensiones.