«Y vosotros, ¿qué hacéis el día de antes de competir en unos Juegos Olímpicos?». Lo escribe Álvaro Martín Uriol (Llerena, 16-6-1994) con ironía en sus redes sociales desde su habitación en la Villa Olímpica, ilustrándolo con una foto de lo que indudablemente son unos apuntes de Derecho, la carrera que está cursando por la UNED después de haber ya completado Ciencias Políticas. Seguramente solo sea una forma de quitarse presión ante uno de los grandes desafíos de su vida: la carrera de 20 kilómetros marcha en las calles de Sapporo. Será a partir de las 9.30 hora peninsular española de este jueves.

Que nadie se engañe: Martín, que hace unos días se fotografió con Pau Gasol con toda la ilusión del mundo, tiene la cabeza donde la debe tener. Es un fierísimo competidor, como demostró en aquella inolvidable mañana en Berlín, en 2018, cuando se proclamó campeón de Europa de su prueba predilecta. 

Pau Gasol y Álvaro Martín. @ALVAROATLETISMO

En el Mundial de Doha, hace dos años, se llevó un revolcón que le llevó a pensar que es mejor ir de tapado. En una complicadísimas condiciones por el calor y la humedad, concluyó vigesimosegundo, pero no cejó en su empeño. Siguió dominando la distancia a nivel nacional, acumulando títulos y demostrando que forma parte de una potente ‘armada’ junto a sus compañeros de selección Miguel Ángel López y Diego García Carrera. Haber cambiado de escenario de entrenamientos, marchándose a Cieza (Murcia) para estar más cerca de su entrenador, José Antonio Carrillo. ATokio ha llegado contento con la preparación, consciente también de que la competencia con los atletas latinoamericanos y asiáticos será mucho mayor que cuando únicamente se ha tenido que enfrentar a marchadores europeos.

La cita además tendrá una dificultad añadida para todos: las medidas anti-covid incluyen que ya no puedan utilizarse las esponjas mojadas para poder refrescarse. Martín imagina una carrera táctica, en la que él pueda poner lo que él llama reiterativamente «poker face» (cara de poker): no mostrar sus emociones ni su cansancio a sus rivales atrincherado en unas gafas de sol y una gorra.