En los libros de historia solo queda el nombre del que se cuelga la medalla, del que bate el récord olímpico, del que supera una plusmarca mundial. Es el deportista el que asciende al olimpo, lógico, pero detrás de él siempre hay un equipo que le ha ayudado a alcanzar sus objetivos, a superar sus metas. Y ahí está Marta Gómez Casas (Navalmoral de la Mata, julio de 1980), que siente que un trocito, aunque sea pequeño, de los dos oros y dos platas conseguidos en Tokio 2020 por la china Yufei Zhang, llevan su sello. “Me siento muy partícipe”, reconoce ella, emocionada.

Marta Gómez es hija de Fernando Gómez, que fue entrenador de Moralo, Trujillo y Talayuela; y de Paquita Casas, que enseñó arte en el Augustóbriga, el primer instituto que hubo en Navalmoral. De ellos heredó su amor por el deporte y por el trabajo. Y siguiendo los consejos de su padre estudio fisioterapia, que muchos años después le llevaron a China, a trabajar primero con el Comité Olímpico de ese país y después con la Federación de Natación China.

Eso fue a principios del 2019. Ya antes había recibido la llamada del Comité Olímpico Chino, aunque le dijo “no”, ya que estaba tratando a Alejandra Salazar, ahora número 2 del ranking mundial de pádel. “Estaba en un proceso (Salazar) bastante importante para un deportista, que era la última fase de recuperación de su último ligamento cruzado anterior y no podía irme y dejarla tirada”, cuenta Gómez, para quien la jugadora de pádel es como una hermana.

También es como una hermana Yufei Zhang, ‘Fei Fei’, como se refiere a ella cariñosamente. La nadadora china, que sufre una escoliosis de nacimiento, ha asombrado en los Juegos con dos oros, en 200 metros mariposa con récord olímpico y relevos 4x200 libre con plusmarca mundial; y dos platas, una en 100 mariposa y otra en 4x100 estilos mixto.

Cuando llegó a China, a principios de 2019, empezó a trabajar con el equipo de kayak, aunque pronto recibió la llamada de la Federación de Natación, que la destinó a un equipo “puntero”. Así acabó llegado a Zhang, con la que empezó a trabajar en exclusiva. Fueron muchas horas viéndola nadara para ayudarla a superar su escoliosis y a mejorar los movimientos que le hicieran ganar en Tokio. Zhang nació con una curvatura antinatural de la espina dorsal y los dolores lumbares le limitaban a la hora de entrenar.

Fisioterapeuta y deportista, en una piscina. Cedida

“Ha sido un gran reto”, cuenta la fisio morala, que desde enero del 2020 estuvo encerrada con Fefe en alguna de las bases de entrenamiento que existen en China (como los CAR en España). Y la pandemia lo complicó todo, porque el encierro fue total. “No teníamos contacto con el exterior y esa ha sido una parte muy dura”, relata Gómez, a la que la voz se le vuelve a cortar por la emoción. "Estando encerrada sin poder ver a tu familia, muy sola durante tanto tiempo…, ha sido difícil, mentalmente difícil”.

Pero al final tuvo su recompensa. Con Fei Fei no ha podido estar en China, pero después de cada éxito la española recibía la llamada de la nadadora asiática. “Me ha dicho que estos éxitos son gracias a mí como parte del equipo”.

Marta Gómez ha vuelto ahora a España, donde le gustaría poder trabajar con algún deportista español y ayudarle a llegar al Olimpo. Ella ya sabe cómo se llega.