1 - Extremadura UD: Casto; Saúl, Dani Pérez, Fran Cruz, Varela, Elías, Toribio, Villacañas (Sergio Gil, m.80), Pastrana, Kike Márquez (Fran Sandaza, m.87), Rubén Mesa (Vargas, m.66).

0 - Valladolid B: Samu Casado; Aparicio, Sergio (Diego, m.85), Ríos, Saturday, Mike Carro, Rivera (Arroyo, m.81), López (Mohammed, m.57), Paulo Vítor (Guillermo, m.85), Dalisson (Víctor, m.57), Stankov.

Gol: 1-0 Kike Márquez, m.48.

Árbitro: Arberola Rojas (Castilla-La Mancha). Amarilla a los locales Elías, Pastrana y Vargas; y a los visitantes Aparicio, Ríos, Rivera, Stankov.

Incidencias: Encuentro de la Primera RFEFdisputado en el estadio Francisco de la Hera ante la presencia aproximada de 3000 espectadores.

Una montaña rusa sería un tiovivo en la feria del Extremadura. Lo que sucede cada semana en el Francisco de la Hera supera con creces a lo anterior. El espectáculo, desde luego, está garantizado. Y esta vez, además, de nuevo con final feliz. Otro triunfo más (tercero consecutivo en casa) cimentado por una plantilla de jugadores que pasará a la historia de este club por ser, de largo, la más comprometida y profesional. Evidentemente, están al borde del reventón, cansado de mentiras y desprecios. Pero una vez más, saltaron al terreno de juego, compitieron y, además, ganaron. Con «potra», como diría después Manuel, pero ganaron.

Desde luego, fue más que un milagro que el Valladolid B no marcara este sábado un gol en Almendralejo. No se pueden tener más ocasiones y de distinta tipología:dentro del área, mano a mano, dos postes, un penalti, un balón bajo palos y tres paradones estratosféricos. «Ha sido increíble», dijo al término del partido Julio Baptista, el técnico del equipo.

Pero el partido se jugó también en la grada. La noticia en el primer minuto de partido la protagonizaron los jugadores del Extremadura, que acordaron un parón de pie sin jugar de unos 30 segundos que el Valladolid B respetó. Una protesta dirigida al palco, respaldada por el comunicado de hace ocho días y que propició que gran parte del estadio comenzara a gritar de manera sonora y ruidosa el «Franganillo dimisión», que ya se escuchó por parte de la grada azulgrana en Talavera y que repitió con más fuerza en Almendralejo. Es el segundo partido en el que la afición pide la cabeza del presidente, que aguantó el chaparrón desde su asiento.

Dentro del césped, el gran protagonista fue Casto Espinosa, que dio un recital de intervenciones de todo tipo para salvar los tres puntos, con penalti parado incluido. Vayamos al comienzo.

El Extremadura no salió con tanto ímpetu que en partidos anteriores y el Valladolid B, con un gran cuidado de la pelota, le quitó la posesión en los primeros compases de juego. Esto generó el primer disparo peligroso de Paulo Vítor, su mejor, con la primera parada de Casto.

Despertó el Extremadura pasado el primer cuarto de hora y lo hizo con un sutil pase de Elías por encima de la defensa que Saúl, tras un bonito regate, terminó con un disparo que Samu Casado envió a córner. Poco después, en una buena dejada de Rubén Mesa, Pastrana lo intentó con un disparo cruzado que se marchó rozando la cepa del palo. Villacañas con un timorato disparo de cabeza para el Extremadura y Dalysson con un disparo alto para el Valladolid B pusieron el broche a la primera parte.

Balón parado

Otra vez el balón parado desatascó al Extremadura en los primeros compases de la reanudación. Elías, que tiene música en su pie derecho, puso un centro preciso al primer palo donde emergió el capitán Kike Márquez para hacer un golazo de cabeza. Pase de capote y celebración con rabia del diez azulgrana. 

Había hecho lo más difícil el Extremadura y todo apuntaba a que cuando se abriera el Valladolid B, el partido quedaría en bandeja. Pero nada parecido. Los siguientes diez minutos fueron una avalancha de oportunidades a cada cual más clara para los pucelanos.

El recital de Casto empezó tres minutos después del gol de Kike Márquez. Stankov se marchó solo en carrera y se plantó en el mano a mano, metiendo Casto el pecho para hacer un paradón y salvar el empate. La primera.

Tres minutos después, una jugada personal de Paulo Vítor acabó con un disparo del brasileño al palo corto de Casto. A la jugada siguiente, centro raso de Sergio desde la izquierda y Mohammed mete la pierna para disparar al larguero. 

A un cuarto de hora del final, el árbitro vio penalti en una disputa entre Paulo Vítor y Saúl. Se caía el mundo encima. Paulo ejecutó y Casto se lo adivinó. Paradón. Había más.

Entre medias, Pastrana y Villacañas perdonaron el segundo del Extremadura en dos contras. Guillermo, de cabeza, obligó a Casto a volar por la escuadra a tres minutos del final. Y en el último minuto, pase filtrado para el mano a mano y salida a la desesperada de Casto fuera del área para meter el pecho y cortar el gol. Antológico.

Aguantó como pudo el Extremadura y terminó celebrando el triunfo con su gente. Los jugadores, tras el partido, no dudaron irse con el sector de las peñas, el mismo que había cantado previamente contra el presidente. El club sigue siendo algo rocambolesco. Y el equipo, que no cobra, gana. Una locura.