«Firmaría quedar al final en el puesto 12, aunque seamos ahora cuartos. Lo primero que hay que pensar es en salvarnos». José Antonio Mahíllo Naharro, ‘Toñi Mahíllo’ (Puebla de Argeme, 5 de abril de 1990) atesora una experiencia que le hace ser cauto sobre lo que puede ocurrir en la temporada. Muy cauto. 301 partidos sumados en 11 temporadas en el Coria, aunque hayan sido 10 en Tercera, dan para mucho en alguien que tiene la perspectiva y la autoridad de capitán para mandar un mensaje de prudencia en un equipo en el que está tan feliz que el sacrificio, insiste, merece la pena.

Y esa lucha diaria no es menor, dejando claro que él, como amante del fútbol, disfruta extraordinariamente del día a día en el club en Segunda RFEF. «Es muy duro. Este año me está costando mucho más. Los entrenamientos son más intensos y se ha cambiado la hora. Como mi compañero Chema, he conseguido la jornada contínua en mi trabajo, que me ha dado facilidades y podemos seguir en el equipo. Me tengo que levantar a las seis, ya que mi horario es de 7 de la mañana a las tres de la tarde». 

El central del Coria no vive del fútbol, sino de su día a día «desde hace seis años» en el laboratorio Odontos. Estudió para protésico dental en Cáceres y agradece la confianza de su empresa para poder seguir compatibilizando sus dos pasiones. Por supuesto que también está satisfecho con el trato del club de su vida ya desde el inicio, al que llegó de la mano del cacereño Javier Moreno «desde el equipo de Preferente».

Crecimiento

«El Coria está creciendo y esperemos que siga haciéndolo en los próximos años», dice orgulloso alguien que aplaude el germen de la confección de sus equipos, ya desde el propio técnico, Raimundo Rosa, ‘Rai’. «Va a llegar arriba porque tiene algo especial, no tengo dudas», afirma el capitán celeste sobre él, satisfecho de que la política de fichajes de la entidad esté siendo un éxito. «Se está apostando por gente de aquí, de mucha calidad, que creo que varios de ellos pueden llegar lejos», dice sobre los Platero, Deco, Melli, Juanjo Chavalés, Mancha, Rubén Alegre, Sergio Gómez…, aunque los mayores halagos se los lleven Fernando Pino («Tenía que haber jugado en Segunda División») y Carlos García, «que es increíble, también en el vestuario, cómo se comporta».  

«Por supuesto que me hubiera gustado ser futbolista profesional, pero no me ha llamado nadie en este tiempo», comenta distendidamente en un puente en el que descansa tras el alegrón del triunfo del domingo en Mérida (0-1). Convertido en un referente por carisma y pura jerarquía, Mahíllo viene a decir que sus progresos como jugador de fútbol han sido evidentes. Ya no es el defensa que no jugaba en el Montehermoso de David Salvo «porque tenía a dos centrales con experiencia y yo estaba quizá un poco pasado de peso», sino alguien con poso que, para su puesto de central, tiene la propensión de salir con el balón jugado y no a base de despejes sin ton ni son. En ello influyó decisivamente otro técnico al que guarda mucho cariño: Miguel Rubio, ‘Miguelete’, entrenador del Moralo y que hizo historia en el Coria llevándolo por primera vez a los playoffs de ascenso a Segunda B.

No se pone un plazo concreto Toñi Mahíllo para su retirada, pero sí admite que el desgaste de sus dos ocupaciones, por mucho que les apasionen, es considerable. «No sé, no sé, no creo que me quede demasiado, quizá un año o dos más, y luego lo dejo». El sacrificio a todos los niveles es grande, pero sabe que tiene el apoyo de su familia «siempre» y también el de su novia, no menos incondicional, aunque a ella no le apasione el fútbol.

El concepto equipo lo tiene interiorizado al máximo el mariscal de Puebla de Argeme. Incluso aplaude las rotaciones que hace Rai en el puesto de central. «Me parecen muy bien», agrega, aunque él mismo se haya quedado fuera en más de una ocasión. Todo por el colectivo. Todo por el Coria. La esencia Mahíllo, la esencia de un líder.