Ni el teórico empujón que podría llevar aparejada la Marcha Rosa ni, lo que es peor, el excepcional inicio del Cáceres Patrimonio en la liga, con dos triunfos ante Coruña y Gipúzkoa, dos de los favoritos LEB Oro. El respaldo de la grada no es el que era, pese a los argumentos a favor que se daban en el partido ante el Huesca. En contra de los pronósticos, la entrada fue floja, incluso más que el día del debut liguero ante el Coruña. Apenas 800 espectadores. 

El Multiusos ya no es el Multiusos de las grandes ocasiones, cuando el público ha cubierto buena parte de las gradas del recinto, y no solamente en los tiempos de la ACB, cuando se inauguró el histórico recinto, a principios de siglo. El aspecto no dejaba de ser desolador.

¿Campaña de abonados de perfil bajo? ¿Los efectos colaterales de la pandemia, que aún pululan? Tampoco llega, como sucede en el Cacereño, para que muchos se acerquen al pabellón comprando su entrada y compensen la escasez de número de socios. Es complicado certificar cuál es el origen, pero sí es diáfano el diagnóstico: el apoyo está siendo mucho menor al previsto. Yen la directiva que encabeza José Manuel Sánchez lo saben y lo asumen. Y están especialmente preocupados por ello.

Invitados de la Marcha Rosa en un fondo. J. P. JIMÉNEZ

«Cáceres, Cáceres», arengaba el speaker, Ángel Rolo, en el minuto 23. Era el primer momento de cierto ambiente en el encuentro de connotaciones gélidas, pese a que la temperatura no fuera precisamente fría. Sonaban las palmas en un choque en el que el equipo local se jugaba el pleno de triunfos (3) en el inicio liguero, algo a lo que, evidentemente, no se está muy acostumbrado en el club.

El partido daba entonces un tirón y los aficionados ya participaban de una cierta alegría porque el equipo de Roberto Blanco estaba despegándose en el electrónico. El festín, sin ser máximo, sí era notorio.

Con los apuros finales, el público estuvo siempre del lado de los jugadores locales. Salió Schmidt a falta de cuatro minutos y el partido se igualó hasta límites insospechados. Tanto que el Huesca llegó a empatar. Belemene cogió dos rebotes que encendieron todo a favor de los intereses verdinegros. Yllegada la prórroga, la entrada parecía ser el doble, pero eso no cuenta.