No es verdad que todo tiempo pasado sea mejor, pero Palencia Baloncesto afronta la temporada 2021-22 intentando recuperar ese pasado reciente que cambió con la llegada de la pandemia. Necesita volver a ser un equipo implicado en la lucha por grandes objetivos y recuperar esa afición que llenaba el pabellón y que con Basket Morao al frente llevaba en volandas al equipo. En resumidas cuentas, recuperar la ILUSIÓN de la ciudad por el baloncesto tras una temporada en la que el deporte sin público perdió toda su esencia.

Como concepto clave, la directiva palentina volvió a apostar por un técnico contrastado en la LEB Oro como Pedro Rivero. Tiene pocos años de experiencia, pero es bien valorado gracias a los resultados y estilo de juego implementados en Alicante. La plantilla se formó combinando experiencia y juventud en las posiciones de base y pívot.

Dani Rodríguez, bien conocido en Cáceres, es la experiencia y el director de juego llamado a gobernar los partidos, mientras que Micah Speight es el rock&roll, el base eléctrico que meterá una marcha más al juego del equipo

En los pívots encontramos el mismo binomio, dos hombres de mucha envergadura, intimidadores y peligrosos en poste bajo, con Bamba Fall ejerciendo de mentor del joven Tomas Pavelka.

Lo que mejor define al resto de la plantilla es la polivalencia. Son un grupo de jugadores capaces de ocupar distintas posiciones tanto en labores ofensivas como defensivas, pero con cualidades muy diferentes. Chumi Ortega es el mejor defensor del equipo sin miedo a enfrentarse a cualquier rival, mientras el rookie Prince Ali, tiene un perfil absolutamente ofensivo, muy incisivo destacando por un excelente uno contra uno. Juan Rubio es otro nacional con capacidad de ser un perro de presa, pero además suma tiro exterior y contundencia atacando el aro y está acompañado por Noah Allen, muy completo y llamado a ser uno de los líderes del proyecto. El último fichaje fue Chuso González, especialista en lanzamientos de larga distancia.

En la posición de ala-pívot, se arriesgó con jugadores que no conocen la liga. Devine Eke está siendo el encargado de una labor más oscura, mientras el letón Roberts Blumbergs ha llamado la atención porque con sus 208 centímetros, es un jugador capaz de anotar desde 6,75 y también echar el balón al suelo para atacar el aro, también puede ocupar la posición de ‘5’, donde explota su excelente juego de pick&roll, juego por encima del aro y capacidad de abrir el campo.

La apuesta ha implementado Rivero se basa en un generoso esfuerzo defensivo, cierre del rebote y un baloncesto vertical cuando las circunstancias los permiten. En estático vemos un equipo que comparte bien el balón, gracias a una buena ocupación de espacios y la polivalencia de sus hombres, que permite realizar un juego equilibrado., donde es difícil destacar fortalezas o debilidades.

El viernes, Cáceres regresará a una pista clave en el nacimiento del ‘Robertismo’ y donde esperamos recuperar ese ambiente de baloncesto, que el propio Roberto Blanco destacó en una de sus últimas visitas.

¡Disfrutemos de dos equipos con ilusiones renovadas y que gane el mejor!