El Mérida consiguió tres puntos muy valiosos en el que era el segundo feudo más inexpugnable del grupo, el Nuevo Maulí de Antequera. Los de Nacho Pérez no conocían la derrota en su casa y se vieron superados por un equipo romano muy efectivo: los dos primeros acercamientos acabaron en gol, y muy serio atrás.

La nómina de buenas noticias del cuadro de Juan García no es corta: se supo adaptar a un mal terreno de juego; Javi Montoya trabaja poco pero muy serio bajo palos; los centrales se muestran imperiales en el juego aéreo; Guille Perero, liberado más arriba, es un puñal y cada vez se asocia más y mejor con Felipe Alfonso; en la banda izquierda le va a surgir un bendito problema a Juan García, pues Álvaro Ramón cumple y marca como lateral cuando en realidad es extremo: Carmelo, que llegaba como su suplente, está creciendo a pasos agigantados y Héctor Camps, que volvió a jugar medio tiempo, es el teórico lateral titular; David Rocha y Gaspar empiezan a mostrar minutos de calidad para oxigenar al equipo, porque Mario Robles y Artiles son los que mandan en la zona ancha; arriba, Aitor Pons es el primer defensa pero le falta pulir el gol, aunque de esa responsabilidad se encargó Higor Rocha.

Ante tal entusiasmo, vuelven a aparecer las malas noticias en la enfermería. En el minuto 69, Higor Rocha lanzó un autopase y al esprintar se llevó rápidamente la mano a la parte posterior de la pierna derecha, había sentido un pinchazo en la zona de los isquiotibiales. Este martes se realizó las pruebas pertinentes y a falta de conocer el alcance de la dolencia, parece asegurada su ausencia para el partido del domingo (18.30 horas) frente al San Roque de Lepe y habrá que esperar cuántas semanas está de baja. La ausencia del brasileño hace más indispensable la vuelta de Lolo Plá, cuya contractura le ha hecho perderse cuatro jornadas. El pasado domingo fue duda hasta el último momento, por lo que se espera que pueda estar disponible para éste.