Habrá partido en el Francisco de la Hera entre Extremadura y Calahorra este sábado. El presidente del club, Manuel Franganillo, visitó de urgencia las instalaciones de la ciudad deportiva de Almendralejo para ofrecerles a los jugadores un acuerdo beneficioso para ambas partes en una situación límite y en plena huelga convocada, que de llevarse a cabo sin partido sería una segunda incomparecencia del equipo y la expulsión de la competición.

El acuerdo alcanzado contempla que los jugadores acepten seguir jugando los partidos hasta el 1 de enero que se abre el mercado de invierno. Si por entonces no ha llegado el dinero, los futbolistas serían libres para marcharse a otros clubes y el Extremadura les haría un reconocimiento expreso de la deuda contraída con el club. Si llega el dinero, se les pagaría a aquel que se quisiera quedar. Hay futbolistas que este acuerdo no lo aceptan, ya que muchos no quieren vender su dignidad después de tantas mentiras y quieren salir cuanto antes del club. Es el caso de Saúl González, que ha apalabrado su rescisión de contrato. Podría haber más jugadores en el futuro. Tampoco la directiva quiere que se queden jugadores que no quieran jugar y taparía los huecos con futbolistas del filial. 

Con esta maniobra, la directiva gana tiempo para la llegada de inyección económica, aunque a estas alturas de la película poca gente cree que llegará ese dinero en forma de nuevo grupo inversor. 

El presidente del club, Manuel Franganillo, dijo sobre este acuerdo que ha sido un “ejemplo de empatía profesional. La plantilla ha sido muy honorable con el club y nos ha dado otra posibilidad de salvar la situación”.

Agradeció la franqueza demostrada por Saúl en todo momento y dice que esta maniobra “no es una huída hacia adelante”, dándose un plazo de dos semanas para que fructifique alguna operación de inyección económica para la entidad, aunque no dijo si contempla una venta del cien por cien de sus acciones. 

Estas declaraciones fueron efectuadas por la tarde en la ciudad deportiva después de la reunión mantenida con la plantilla y dejar por escrito los acuerdos alcanzados. Fue una jornada intensa y larga, con muchas dudas por saber qué harían los futbolistas y con muchas llamadas de teléfono entre jugadores y representantes para tomar la mejor decisión y mirar de manera minuciosa la letra pequeña de los contratos porque llegados a este punto todos se agarran al papel.

Futuro

La maniobra realizada por el Extremadura no garantiza a medio plazo que los problemas se acaben. Los jugadores azulgranas han aceptado este trato porque saben que en otros clubes no van a tener los cuantiosos contratos que firmaron con el club azulgrana y, con ese reconocimiento de deuda, preservan sus derechos a reclamar cantidades en el futuro, bien sea al club o al fondo de garantía salarial. 

Lo más probable es que el Extremadura tenga que afrontar la segunda vuelta del campeonato con jugadores del filial más los que decidan quedarse de la primera plantilla. El club aún tiene que firmar un convenio con la Seguridad Social, algo que le impide cerrar el concurso de acreedores. En el momento en el que se apruebe el convenio de acreedores, las cautelares del juzgado dejarían de tener validez y, por lo tanto, se reactivaría la sanción que el Extremadura tiene en la FIFA para poder firmar, por lo que tendría que pagar más dinero para fichajes, cosa que parece poco probable si no llegara el hipotético inversor.

Anecdóticamente, el hecho de que haya partido también ha dividido a parte de la afición, pues hay un amplio sector de la grada que prefiere que el club dé por finiquitada su etapa como Extremadura UD si no llegan soluciones económicas y no hay una venta del club. El clima social está derruido. La lastimosa situación del Extremadura se ha cobrado toda su credibilidad y hay daños irreversibles en el apartado emocional de la afición azulgrana. 

Queda por saber ahora si la manifestación convocada por los aficionados para el próximo sábado a las cinco de la tarde se mantendrá o quedará cancelada tras el acuerdo de los jugadores.

Este viernes está previsto que comparezca Manuel Mosquera en sala de prensa. El entrenador azulgrana se ha mantenido al margen de comentarios y declaraciones durante los últimos días, ya que nunca ha sido muy partidario a nivel personal de la huelga, aunque ha apoyado a sus jugadores en todo momento. Manuel siempre ha querido que se jugaran los partidos, independientemente de que la situación se estuviera tornando insostenible dentro del vestuario. 

Con lo que si tendrá problemas ahora el entrenador gallego es con el número de efectivos. Saúl se convierte en baja definitiva, mientras que Nico Hidalgo, que está de baja médica, tampoco estará disponible para el club en las próximas semanas. A ello hay que sumarle la plaga de lesiones musculares que arrastra el equipo.

De lo que menos se habló este jueves fue del sorteo de la Copa del Rey, donde el Extremadura tendrá que jugar en primera ronda ante el Zamora en una eliminatoria única que se disputará en Almendralejo.