0 - Mérida: Javi Montoya, Felipe Alfonso, Bonaque, Nacho González, Héctor Camps (Gaspar, min.60), Mario Robles (David Rocha, min.60), Artiles, Guille Perero (Lolo Plá, min.46), Álvaro Ramón, Carmelo y Aitor Pons.

1 - San Roque de Lepe: Robador, Iván Robles (Chuliá, min.92), Carmona, Becken, Antonio López, Fran Ávila, Charaf (Camacho, min.62), Adrián Ruiz, Víctor Morillo (Chuma, min.62), Abeledo (Fernandito, min.80) y Nané (Espinar, min.92). 

Gol: 0-1, Víctor Morillo, min. 43.

Árbitro: Moreno Osuna (C. Castellano-Manchego). Amonestó a los visitantes Charaf, Iván Robles y Chuma.

Incidencias: Estadio Romano José Fouto. 2.100 espectadores. Se guardó un minuto de silencio por el fallecimiento de la abuela de Manuel López, jefe de prensa del club.

Cuando un equipo solo consigue seis puntos de los 18 que ha disputado en su estadio, se puede afirmar que tiene un problema. El balance de una victoria, tres empates y dos derrotas es realmente pobre para un plantel que quiere estar en lo más alto. Lo cierto es que el Mérida está arriba, en la cuarta posición dentro de la zona de playoff, pero gracias a sus buenas actuaciones a domicilio. El Romano se le sigue atascado. Si en otros encuentros no sumar los tres puntos en casa se antojaba injusto para el cuadro de Juan García, en esta ocasión frente al San Roque de Lepe, el resultado (0-1) es merecido porque los romanos han completado un mal partido, con lagunas defensivas, falta de fluidez con balón y generando apenas ocasiones.

Tampoco el cuadro lepero ha hecho una oda al fútbol, pero siempre ha estado mejor plantado en el campo, con las ideas más claras y con la sensación de mayor peligro, además de conseguir el gol, un golazo, en un minuto llamado psicológico, en la última acción de la primera parte.

Soluciones a las ausencias

Lo primero que debía solventar Juan García era la ausencia del lesionado Higor Rocha, y, como era previsible, la inactividad en las ultimas jornadas no le permitía a Lolo Plá, teórico sustituto natural, jugar más de media parte. Así que la solución fue colocar en punta a Carmelo, adelantar a Álvaro Ramón en la banda izquierda y darle la titularidad a Héctor Camps en el lateral zurdo.

Desde el principio, los locales no fueron capaces de adaptarse al sistema de tres centrales y dos carrileros que planteó Antonio Fernández. Fran Ávila, carrilero zurdo, encontraba constantemente una autopista por su banda, a la espalda de Guille Perero, y por ese flanco llegarían los centros más peligrosos, aunque sin remate. El mejor juego visitante no se reflejaba en ocasiones, mientras que los emeritenses, romos con el balón, tampoco sabían aprovechar la pelota parada. 

El golazo de Víctor Morillo

El disparo más peligroso llegaría en el minuto 37, con un lanzamiento desde la frontal del visitante Adrián Ruiz. Este sería el aviso para el golazo de Víctor Morillo. Una jugada a favor del Mérida terminó en una contra perfecta, el propio Morillo agarró la pelota en la derecha pero se fue centrando hasta llegar a la media luna para lanzar un zurdazo a la escuadra ante la que nada pudo hacer Javi Montoya.

Con el disgusto local por el gol en contra, sumado a la incomodidad de los nuevos asientos, según denunciaban gran parte de los asistentes, se llegaba al descanso.

La vuelta de vestuario supuso la salida de Lolo Plá por Guille Perero. El delantero estuvo muy voluntarioso e intentaba aparecer por todas las partes del campo para canalizar el juego ofensivo de su equipo, de hecho suyo sería el disparo más peligroso del segundo acto, ya en el minuto 77, pero ni así terminaba su equipo de conectarse al encuentro. Tampoco las entradas de Gaspar y David Rocha a falta de media hora fueron la solución. Además del mencionado disparo de Plá, solo Carmelo lo intentó también sin suerte, en una bagaje ofensivo muy pobre para un equipo que quería remontar el encuentro.

Sin apuros para el San Roque

Al San Roque le sirvió estar bien plantado para no pasar apuros y empezar a tirar de ese otro fútbol para que se jugara lo menos posible conforme pasaban los minutos.

Al final, la derrota para el Mérida es un auténtico bajonazo, pues llegaba de hacer un buen encuentro en Antequera que quería refrendar en casa, donde lo último vivido fue el decepcionante empate frente al Mensajero en aquella última jugada del partido. Además, la derrota sabatina del Córdoba en Villanueva de la Serena abría las esperanzas de la parroquia romana para acortar al todopoderoso equipo del Nuevo Arcángel, hasta donde viajarán los emeritenses el próximo sábado (18.00 horas). En este sentido, la única buena noticia es que ninguno de los apercibidos ha sido amonestado y podrán estar en Córdoba.

JUAN GARCÍA: "EL ROMANO ES NUESTRA ASIGNATURA PENDIENTE"

Al final del partido, Juan García, entrenador del Mérida, realizaba una «valoración negativa» del partido porque «ha sido una derrota dolorosa». De la jugada del gol encajado, explicaba que «ha sido en un minuto psicológico por un error nuestro al no hacer una falta táctica», y reconocía que en la segunda mitad «no hemos tenido peligro. Nuestro juego ha sido insuficiente para ganar el partido. Hoy no lo hemos hecho bien, no hemos estado finos en el pase. Hay que levantar la cabeza». Los malos números en casa hacen reconocer que «nos está costando en el Romano, es la asignatura pendiente que tenemos que aprobar». Con respecto a los gritos de una parte de la grada hacia él, la respuesta del entrenador fue que «hoy y el otro día también se acordaron de mí y de mi familia, la afición es soberana pero cuando faltan al respeto no te gusta. Lo único que me queda es venir mañana con la mejor ilusión posible, porque sigo confiando en el trabajo diario».

Por su parte, Antonio Fernández, entrenador del San Roque, se mostraba muy contento y realizaba una «valoración positiva ante un rival y un campo complicado. Hemos hecho una gran primera parte que nos ha servido a la postre para llevarnos los tres puntos». En definitiva, «el resultado es justo en el balance en conjunto», dijo.