Toda la alegría con la que entró el domingo el aficionado del Mérida al Romano José Fouto por la nueva imagen de las gradas de tribuna y preferencia con los nuevos asientos, se convirtió en enfado, primero porque los asientos han quedado tan bonitos como incómodos, y segundo, por lo que el equipo estaba mostrando en el césped, que terminaría con derrota. Mención aparte merece el enfado de parte de la afición de la zona de preferencia por la gestión en la ubicación de la afición del San Roque de Lepe. 

En el capítulo de los asientos, los aficionados se quejaban de que eran muy incómodos porque el respaldo era demasiado perpendicular. La explicación del club es que son los únicos que se adaptan a la nueva normativa en la que hay que mantener mayor distancia entre las localidades y, teniendo en cuenta las características de las gradas, son los únicos cuyo diseño lo respetan, de ahí que se haya tenido que reducir el aforo.

En lo meramente deportivo, el cuadro de Juan García completó un mal partido, tal y como reconoció el propio entrenador, así como los jugadores que atendieron a los distintos medios.

A pesar de la derrota, el Mérida sigue en la pelea por el objetivo marcado desde principio de temporada, pues es cuarto dentro de la zona de playoff de ascenso. Sin embargo, la afición lo que demanda es que su equipo sea tan fiable en casa como a domicilio, pues el bagaje es muy pobre: seis puntos de los 18 posibles. A pesar de los malos resultados, a lo largo de la temporada nunca el Mérida fue peor que su rival en casa. Sin embargo, este domingo el San Roque sí tuvo las ideas más claras y eso decepcionó a la afición, que veía que con la derrota del sábado del Córdoba frente al Villanovense, podía verse más cerca del liderato, que se mantiene a 8 puntos. Tienen la oportunidad de recortar distancia, pues se enfrentan al equipo cordobesista en el Nuevo Arcángel el sábado (18.00 horas). La única buena noticia fue que ninguno de los cuatro apercibidos vieron la quinta amarilla.