0-Cacereño: Bernabé, Raúl Espinosa, Carlos Daniel, José Martínez, Gayoso, Bermu, YaelBallesteros (minuto 71, Teto), Luis Hernáiz (Solano, min. 46), José Ramón Fernández, Jorge Barba (min. 62, Kamal) y Carlos Fernández.

1-Villanovense: De la Calzada, Samu Hurtado (min. 83, Javi Sánchez), Adri Escudero, Espín, Moi, Roger (min. 46m Lolo Garrido), Clausí, Álvaro González (min. 21,Óscar), Fran Viñuela y Sillero (min. 66, Rivera).

Gol: 0-1-Min.77:Lolo Garrido.

Árbitro: Roberto Carralero Blanco (Madrid). Tarjetas amarillas al jiugador local Luis Hernáiz y a los futbolistas visitantes Clausí, Roger y De la Calzada.

Incidencias: Encuentro perteneciente a la decimotercera jornada de la Segunda RFEF disputado en el estadio Príncipe Felipe ante la presencia de 1.214 espectadores (cifra oficial). Noche muy fría. Al final del choque, euforia visitante y de sus aficionados, que celebraron el éxito con los suyos y desaprobación hacia el equipo local y su entrenador, Julio Cobos.

El Villanovense se llevó el derbi del Príncipe Felipe ante el Cacereño (0-1) en un encuentro que decidió el tanto final de Lolo Garrido en un ejercicio conjunto de escaso fútbol y muy pocas opciones para cada uno. Y todo ello, en el contexto de un partido deficiente en lo técnico y tenso y trabado sobre el terreno de juego. Ambos terminan la jornada empatados a 21 puntos en la zona noble, aunque con diferentes estados de ánimo.

Como hiciera el domingo el Montijo, el Villanovense salió más enchufado que el decano, con más dominio, pero sin amenaza clara. Se intentó desperezar el CPC cuando se asentó en el terreno de juego y se aclimató algo al viento, pero sin llegadas más allá de una indirecta por cesión y las pinceladas de genio de Jorge Barba. No era el día de los locales.

El jovencísimo Óscar, sustituto del lesionado Álvaro González, exhibió su talento con una falta al poste derecho de Bernabé al filo de la media hora. En realidad, era la primera opción nítida de marcar en el partido, por entonces ya más equilibrado.

Julio Cobos sigue con su plan de las rotaciones. Ni siquiera Kamal es intocable, tras venir de sanción. Pero el Cacereño estaba desnortado sin el todocampista hasta el final hasta que en los últimos minutos los locales subieron el nivel en la presión y dominaron con José Ramón de protagonista con un par de galopadas marca de la casa y un envenenjado lanzamiento suyo se escoró.

Cobos situó a dos ‘9’ en el segundo acto con la entrada de Solano para tener más presencia en el área serona. Lolo Garrido salió de inicio por un Roger tarjeteado. Lo que sucedería después mostró que no era la noche del entrenador local y sí la del visitante. El triunfador echó después un capote al perdedor, que llegó a asumir que pudo cometer errores, entre ellos el de la alineación inicial, «a la vista del resultado», recalcó.

El Cacereño dominaba, pero sin pegada. Salió Kamal por Jorge Barba, el jugador más desequilibrante del equipo y al que en partidos no debería ser el cambio. Juan Manuel Pavón permutó el delantero porque allí faltaba pólvora. El cerocerismo se oteaba en la gélida noche del Príncipe Felipe. Hubiera sido lo lógico, visto lo visto, en un duelo con los defensas siendo mejores que los puntas.

Carlos Fernández intenta rematar ante la defensa serona. José Pedro Jiménez

Al ruedo salió Teto por Yael para alimentar alguna genialidad del Messi del Batán que decidiera. El Villanovense vivía sin problemas en el entorno de De la Calzada y esperaba, agazapado, su momento. Y llegó ese instante para el gol tras un exceso de confianza en zona peligrosa de José Rodríguez, una notable combinación serona y un disparo final de Lolo Garrido que da en un defensa y se cuela (0-1, min. 77). 

Era evidente que los cambios le habían salido muy bien a Pavón y muy deficientes a Cobos. En esta categoría hay pocas oportunidades y esa es la máxima del resultadismo: quienes las aprovechan (en este caso el Villanovense) triunfan;quienes las marran (Cacereño) fracasan. Tal cual.

A la heroica, el CPC lo intentó, pero sin punch. Inconexo, nervioso e impreciso, todo se redujo a las acometidas de José Ramón. Muy poco bagaje. Con Espín, Adri Escudero extraordinarios en la contundencia y el aderezo final de Javi Sánchez todo estaba bien guardado por los visitantes. El botín del derbi viajaba a Villanueva de la Serena entre los abucheos de parte del público al entrenador local.