La noticia, una verdadera bomba en el mundo del ciclismo, más aún en el sensible y pasional entorno profesional belga, saltó el miércoles. Deceuninck, la empresa fabricante de ventanas de PVC, anunciaba un contrato de esponsorización con el equipo Alpecin-Fenix, cuya mayor estrella es el neerlandés Mathieu Van der Poel.

El hecho no tendría mayor empaque si no fuera porque Deceuninck había sido durante los tres últimos años patrocinador principal del equipo que a partir de 2022 se llamará Quick Step-Alpha Vinyl. Y porque en el ciclismo profesional no está demasiado bien visto el trasvase de 'sponsors', menos aún, vale la pena insistir, en Bélgica, donde el ciclismo y sus equipos son cuestión de Estado.

No es la primera vez que algo así sucede, incluso en el propio país, aunque las connotaciones sean ahora distintas. Muy recordado es el caso de la farmacéutica Omega Pharma. Esta empresa belga, absorbida en 2014 por la multinacional Perrigo, se introdujo en el patrocinio ciclista en 2005, a través del equipo Lotto, uno de los clásicos de Bélgica.

En los seis años siguientes, prestó su nombre a este equipo con diferentes marcas comerciales de sus productos (Predictor, Davitamon y Silence) y posteriormente como Omega Pharma. Hasta que en 2012 se anunció que la farmacéutica abandonaba el patrocinio del Lotto para firmar un nuevo acuerdo de tres años de duración con el Quick Step, su rival acérrimo durante dos décadas, provocando una conmoción en el mundo ciclista.

Al rescate

El caso de Deceuninck es sensiblemente distinto. La empresa de ventanas apareció a finales de 2018, a última hora, para salvar al Quick Step de Patrick Lefevere, quizá el manager más icónico del ciclismo mundial. La escuadra había perdido patrocinadores en los años anteriores, en un contexto de crisis global de los equipos, y amenazaba con bajar la persiana si no salía una nueva empresa al rescate.

Lefevere logró un buen acuerdo con Deceuninck y aunque fue perdiendo referentes en este trienio (Viviani, Terpstra, Jungels, Gaviria, Mas, Gilbert...) mantuvo una pujanza que le permitió seguir siendo durante los tres cursos el equipo con más victorias profesionales de todo el pelotón, con bastante diferencia sobre el resto, especializado como está en sprints y clásicas.

Hace ya meses que Deceuninck renunció a continuar como patrocinador nominal del conjunto belga y parecía enfilar su salida del ciclismo profesional. Y entonces llegó la noticia de su acuerdo con Alpecin-Fenix para que su marca aparezca en el culotte durante los próximos cuatro años, un acuerdo más largo del que había firmado con Lefevere en 2018.

La evolución del Alpecin

El Alpecin-Fenix era hasta hace poco un equipo más bien pequeño, de segunda fila, pero la irrupción de Van der Poel en el ciclismo de carretera le ha concedido un hueco entre las escuadras más pujantes del mundo. Está en segunda división, sí, pero solo porque quiere, dado que el enrevesado reglamento de la UCI le permite elegir con plena libertad las carreras que desea correr si es el mejor equipo de la categoría a final de curso. Y lleva dos años lográndolo con mucha suficiencia.

Con el propio Van der Poel de estilete (22 triunfos en las tres últimas temporadas) y el apoyo de los velocistas Tim Merlier y Jasper Philipsen (18 victorias entre ambos este curso) se ha convertido en el gran rival local del Deceuninck, desplazando de esa posición al Lotto, una escuadra de capa caída en los últimos años por drásticas reducciones de presupuesto.

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¿Qué explica este cambio de bando de Deceuninck? "Nuestra inversión ahora es menor, pero el espacio en el culotte también estaba disponible en el Quick Step. Lo que ocurre es que, como empresa moderna, queremos participar en el ciclismo femenino. Hablamos con ellos, pero Patrick es Patrick...", ha explicado el director general de la empresa, Francis Van Eeckhout, al diario belga Nieuwsblad.

Tendencia extendida

Patrick es Patrick... Se refiere el ejecutivo de Deceuninck al rechazo de Lefevere a dar el salto al ciclismo femenino que ya han realizado varios de los principales equipos del pelotón mundial, como el propio Movistar, además de Jumbo, Bike Exchange, DSM, FDJ y Trek.

"¿Formar un equipo femenino? No soy un club social", respondió el manager del Quick Step cuando le preguntaron hace unos meses por esta posibilidad, en unas declaraciones que, como es lógico, levantaron ampollas. "Lo haremos cuando haya suficientes corredoras buenas en Bélgica, desafortunadamente ahora no las hay. No tengo la experiencia, el tiempo, el dinero y las ganas de invertir si no sé dónde voy a terminar", añadió.

Este rechazo frontal a apostar por una escuadra femenina terminó decantando la balanza de Deceuninck, que apostó por romper lazos con Lefevere pese a que contaba con figuras tan mediáticas para vender su marca como el doble y vigente campeón del mundo, Julian Alaphilippe, el último ganador del Tour de Flandes, Kasper Asgreen, y la que es la mayor estrella incipiente del pelotón mundial, Remco Evenepoel.

Todo sea dicho, el Alpecin-Fenix no tiene por el momento equipo femenino de carretera, pero ya cuenta con mujeres en sus escuadras de ciclocross y bicicleta de montaña, dado que es una escuadra multidisciplinar, y sus planes a medio plazo pasan por dar pronto el salto a la carretera. "Apoyar a jóvenes talentos y potenciar el ciclismo femenino son dos valores que las dos partes apreciamos", dijo el ejecutivo de Deceuninck tras anunciar el acuerdo. Mientras tanto, Lefevere, desde su casa, discrepa. Él se lo pierde.