Dieciséis días después vuelve el Cáceres Patrimonio de la Humanidad a disputar un partido en la LEB Oro. Lo hace este domingo en la pista del HLA Lucentum Alicante (12.15 horas) con la intención de dejar de ser el equipo de la competición con peor racha abierta. La sufrida ante el Movistar Estudiantes fue la cuarta consecutiva, por mucho que aquel 19 de noviembre hubiese opciones de hazaña hasta que faltaban tres minutos (62-71).

El equipo de Roberto Blanco jugó un intrascendente amistoso después ante el Oliveirense y la semana pasada tuvo cuatro días de descanso con el objetivo de regenerarse mental y físicamente. Por lo que contó el técnico el viernes, el objetivo se ha conseguido y el regreso al trabajo ha resultado exitoso en cuanto a intensidad y facilidad para que los jugadores cojan sus ideas.

«Puede ser de las semanas que menos largas se me ha hecho pese a jugar en domingo. El lunes nos costó un poco más, pero todo ha ido bien. Eso sí: me da miedo decir esto porque en las cuatro semanas que hemos perdido han sido las que mejor hemos entrenador», aseguró Blanco, que puso el acento en que «el equipo ha entendido los errores que hemos cometido».

RIVAL POTENTE / Enfrente estará un Lucentum que partía con la vocación de estar arriba, pero al que le ha costado arrancar. Tras varios tropiezos para empezar, ahora está enderezando el rumbo, en una trayectoria contraria a la del Cáceres. Los dos equipos marchan con el mismo balance ahora (4-5), lo que confiere al partido un valor extra. «Es un rival complicadísimo», analizó Blanco, que se detuvo en elogiar el trabajo de «uno de los entrenadores más laureados de la competición como Gonzalo García de Vitoria». También mencionó a jugadores como Pedro Llompart, Justin Pitts, Joan Tomas, Osvaldas Matulionis o Johan Van Zegeren, «jugadores de mucha calidad y experiencia dentro de una estructura de equipo impresionante, compensado y con mucha versatilidad».

La gran alegría para él es poder contar con Mateo Díaz con toda seguridad, después de superar la fractura de su dedo meñique de la mano izquierda, y puede que con Manu Rodríguez. En este último caso, con una rotura fibrilar en el gemelo que se ha ido complicando, no está tan claro porque se quiere extremar la prudencia:ya se vivió el amarguísimo momento de su recaída durante el partido ante el Acunsa GBCen la segunda jornada liguera. En todo caso, ambos han viajado con sus compañeros, lo que ya es un impulso.

«Alicante siempre trae buenos recuerdos. Queremos venirnos con una victoria que serviría para reforzar el trabajo que estamos haciendo. Hemos tenido altibajos y dudas, ansiedad por competir para estar ahí, pero el equipo está bien, concienciado. Estoy seguro de que lo vamos a dar todo. Debemos ser ambiciosos y no conformarnos con hacer un buen partido durante 37 minutos ante el Estudiantes», añadió Blanco, que lanzó otra carga de profundidad. «Para nosotros es una final cada día. Cuando hemos pensado que no era así, se nos ha notado. Cuando nos desviamos un poco, somos muy vulnerables, pero cuando estamos al 200% es un equipo muy difícil de batir», señaló.

Será un partido con ‘ex’ intercambiados: en el Cáceres jugó Rolandas Jakstas en dos etapas, siendo clave en el ascenso del 2015, mientras que en el Lucentum lo hicieron Devin Schmidt y Carlos Toledo.