La carrera de Roberto Blanco pudo cambiar en el escenario del partido donde el Cáceres Patrimonio de la Humanidad juega este sábado (17.00 horas): el pabellón del Prat. Ocurrió hace dos años y medio, el 19 de marzo del 2019, en lo que supuso la derrota más terrible del entrenador placentino en su vida profesional: un 95-66 que dejaba a su equipo al borde del descenso a la LEB Plata. El primer tiempo fue especialmente horrible: 59-29, casi la misma diferencia con la que acabaría el choque. 

Horas después la directiva llegó a poner sobre la mesa la destitución de Blanco, que meses atrás había suplido a Ñete Bohigas. Finalmente no se ejecutó y el Cáceres, con una gran racha final, salvó la categoría, mientras que el Prat descendió. Ahora ambos equipos se reencuentran con la aspiración común de poner tierra de por medio respecto a la zona más complicada de la clasificación.

«Espero que los jugadores me ayuden a sacarme una espinita de aquello», dijo el técnico verdinegro el jueves. En la actual plantilla no hay nadie que viviese aquello. «Fue todo bastante complicado, tanto el viaje de vuelta como los días posteriores. Nunca lo olvidaré», añadió Blanco.

Ahora la situación es distinta. El Cáceres viene de ganar al Juaristi y contabiliza un balance de 5-6 que le mantiene alejado los fatídicos tres últimos lugares. «Llegar de una victoria siempre motiva y alegra. El equipo se quitó un peso de encima importante y tengo la sensación de que ha sido consciente de la situación en la que estábamos», comentó el técnico, que ha detectado «un ritmo distinto de intensidad» en el trabajo de la semana.

Filial con talento

En el Cáceres preocupa mantener el nivel defensivo que se vio a partir del segundo cuarto del último partido («es la clave de todo, porque es muy fácil de decir, pero hay que hacerlo», dice su entrenador») y también algunas individualidades del filial del Joventut. El Prat está dirigido por un entrenador experimentado como Josep Maria Berrocal y tutelado por Aíto García Reneses, la leyenda del basket FIBA que ahora trabaja con los jóvenes del club de Badalona. Entre los jugadores que aspiran a asomase a la élite más temprano que tarde están Yannick Kraag, Malik Allen, Kriss Helmanis, Tarontate Crockett y Andrés Ibargüen. Además, cuenta con toda una leyenda de las categorías federativas, Marc Blanch, que a menos de un mes de cumplir 40 años tiene tiempo de promediar 7,2 puntos en solo 11 minutos en pista.

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«No es el típico equipo filial. Han hecho una estructura bastante inteligente. Tienen mucha continuidad en el día y hacen un baloncesto vistoso y alegre», analizó el entrenador del Cáceres, que lo comparó con un equipo de parámetros similares como el Juaristi. «Prat tiene todavía más piezas», sentenció. Pronosticó además que será una «buena piedra de tope para competir fuera de casa y volver a pelear» y reiteró un concepto:«debemos estar muy centrados para aprovechar los momentos en los que ellos pequen de falta de experiencia». 

Todos sus jugadores están en buen estado físico, algo que van a necesitar en este esprint navideño que se les viene encima, ya que el miércoles 22 recibirán al Tau Castelló y el martes 28 cerrarán el año a nivel competitivo en la pista del Almansa Afanion.