Tras cinco derrotas consecutivas en las que no ha sido capaz de marcar un solo gol --y el pasado domingo en Montijo ni siquiera generar la opción para marcarlo--, la plantilla del Mérida se encuentra absolutamente bloqueada y necesita que el parón navideño suponga un reseteo mental para que los futbolistas sean capaces de ofrecer lo que realmente llevan dentro, y no den una imagen de ser mucho peores de lo que realmente son.

No conseguir ningún punto de los últimos quince en liza ha dado lugar a que el cuadro de Javier Álvarez de los Mozos haya caído a la undécima posición del grupo de Segunda RFEF con un punto más que Las Palmas Atlético, primer rival del próximo año, que marca el playout de descenso. Mirando hacia arriba, el playoff de ascenso está a ocho puntos de distancia, un margen complicado pero salvable, teniendo en cuenta que resta toda la segunda vuelta más un partido. Pero la esperanza se mantendrá si el equipo reacciona desde el primer momento tras la vuelta de vacaciones.

Los lesionados, la esperanza

Teniendo en cuenta que el cambio de entrenador no ha surtido efecto, pues el equipo ha perdido los tres partidos con De Los Mozos en el banquillo, la reacción se espera con la vuelta de dos futbolistas que, a tenor de los resultados, han resultado ser clave en el equipo, Higor Rocha y Artiles, pues sin ellos han desaparecido las victorias.

Por otro lado, llega el mercado de invierno y la posibilidad de reforzar al equipo. En primer lugar habrá que ver hasta dónde quiere llegar económicamente el nuevo propietario, Mark Heffernan. Y por otro lado, ver qué ofrece un mercado que suele ser complicado para acertar, principalmente en las llegadas.

En este sentido, si en verano se hablaba de que la actual plantilla emeritense tenía mimbres para luchar por el ascenso, ahora no parece muy coherente, a pesar de la mala racha actual, pensar que no puede tener un mejor rendimiento. Lo que sí es cierto es que este plantel fue confeccionado para un entrenador, Juan García, con un estilo de juego y actualmente el banquillo lo ocupa otro técnico con otro estilo, por lo que quizá los cambios que se produzcan vayan enfocados también a otro tipo de futbolistas que puedan adaptarse mejor a las exigencias actuales.