Unas muy satisfechos, otras no tanto. O más bien, el Cacereño Femenino en un estado rayano en la felicidad y el Santa Teresa en otro radicalmente diferente, casi depresivo. Así ha sido el año 2021 de los dos equipos extremeños más importantes en el fútbol femenino. 

El Cacereño Femenino, un claro paso hacia adelante

Para el Cacereño Femenino ha sido un año realmente notable en su balance. Quizá lo más sustancial se conoció este verano, cuando el equipo verde del siempre conocido como Femenino Cáceres se integró en la estructura del decano extremeño en una operación ideada para unir fuerzas. La visibilidad, se dijo entonces, es clave para el crecimiento.

Antes, el equipo entrenado por Ernesto Sánchez había debutado con buen pie en la Liga Reto Iberdrola clasificándose para los playoff de ascenso a la máxima categoría después de ser séptimo en la competición regular. Eso sí, un caótico sistema de competición le impedía a aspirar nada más allá que a la honrilla de ganar algunos partidos.

El equipo cacereño sí acometió con más ambición esta temporada, con fichajes importantes y mirando a un objetivo claro:estar entre los cinco primeros para asegurarse estar en la nueva categoría que se va a crear para la próxima campaña.

Pero las extremeñas sorprendieron al inicio de la liga situándose incluso en la cabeza de la clasificación. El campeón ascendería a la Primera Iberdrola, lo cual hizo que a los aficionados, directivos y el propio equipo se les hiciera la boca agua. Sin embargo, esas expectativas han sufrido un parón tras encadenar varios resultados negativos, especialmente ese 2-4 ante el ya consolidado como primero, el Alhama murciano.

Las expectativas siguen siendo realmente buenas de cara al futuro inmediato de los próximos meses, aunque para ello deberá mejorar la enfermería y pensar que la suerte tenga que acompañar lo suficiente para, al menos, poder aspirar a estar arriba. El equipo verde ha demostrado que puede hacerlo, y así han comentado sus futbolistas que lo van a intentar con todas sus fuerzas. De momento, es cuarto, con 20 puntos.

El Santa Teresa, varios pasos hacia atrás

El 2021 será un año difícil de olvidar para el Santa Teresa. Han sido doce meses llenos de esperanzas y expectativas que, desde luego, no se han cumplido. Y es que, como se suele decir, lo que mal empieza, mal acaba. Comenzaron el año en Primera División y lo terminan en las últimas posiciones de Reto Iberdrola. Y es que ya el mes de enero arrancó gafado, con un aplazamiento del encuentro ante el Sporting Huelva el día de Reyes por casos positivos de covid-19. Apenas un día después, Manuel Guerra se hizo con la presidencia.

Aunque el equipo inició el año en puestos de descenso, aún mantenía intactas sus opciones de permanecer en la máxima categoría del fútbol femenino español. Pero con el paso de las semanas, las jornadas avanzaban y los puntos que iba sumando el conjunto que por aquel entonces dirigía Juan Carlos Antúnez no alcanzaban para lograr la permanencia. En el mes de junio, el cuadro pacense confirmó su descenso y a partir de ahí se armó el lío. Primero, otorgando unas extrañas vacaciones sin haber terminado la competición y después obligando a jugadoras y cuerpo técnico a asistir a los entrenamientos una vez que la liga acabó. 

A principios de julio, se consumó la profunda regeneración que la directiva de Guerra quería llevar a cabo. Juan Carlos Antúnez y su cuerpo técnico fueron relevados por Manuel Fernández y toda la plantilla salvo Ariadna Rovirola y Raquel Ayuso se marchó. Entre ellas, algunas futbolistas tan emblemáticas como las capitanas, Estefa, Parra, Mireya o María Neira.

El plantel no mejoró las prestaciones de sus antecesoras. Una plantilla corta y poco adaptada no terminó de coger el ritmo a la categoría de plata y acabaron el año en duodécima posición, a cinco puntos de la quinta plaza y a once del liderato. 

Pese a ello, el Santa Teresa no pierde el optimismo tras un solvente triunfo en Albacete y espera poder reforzarse en invierno para poder voltear esta adversa situación.