El Extremadura vive sumido entre la incertidumbre y la emoción. La primera reflejada en una institución que camina sin un rumbo definido, esperando que un milagro en forma de inversor ponga un dinero «ingente» que nunca termina de llegar. Y cada vez queda menos tiempo. La segunda, la emoción, la pone un ramillete de chavales que han dado un doble salto mortal de categoría para defender al primer equipo cuando hace menos de un mes eran de Tercera. No sólo están compitiendo, sino que están salvando semana tras semana al club de la desaparición. Y, al mismo tiempo, quien sabe si aprovechando una oportunidad de oro.

Con la marcha de Casto, el nuevo capitán del Extremadura es ahora Alex Murillo, que ya lo era antes del filial, además de ser entrenador del equipo de la liga nacional de juveniles. «La verdad es que para nosotros es más que una oportunidad. Es un sueño. Nunca habíamos tenido esa repercusión tras un partido», reconoce.

Murillo, como la mayoría de sus compañeros, se dedica a entrenar cada día y a estar preparado para el próximo partido. «La vedad es que sólo pensamos en que el club se va a salvar. Tengo una fe ciega en ello. Igual nos llaman locos, pero yo al menos lo pienso así. De ese modo, pongo la mentalidad sólo en cada partido. Ahora pienso en el jueves contra el Talavera y el domingo contra el Dux Internacional. Para mí es una oportunidad que tengo que seguir aprovechando», aclara.

Ante el Athletic B, afloró la realidad de un equipo que está jugando con rivales muy superiores. «Tenían un ritmo de juego muy alto y circulaban muy bien el balón. Aguantamos bien la primera parte, pero cuando nos marcaron el gol, ellos cogieron confianza y a nosotros se nos notó mucho el bajón físico».

Alex Murillo reconoce que Franganillo les prometió que traería mucha gente el jueves al campo para que los chavales se llevaran un gran homenaje ante el Talavera. De momento, siguen preparados para jugar.

Sin noticias

De lo que no trasciende nada son de las negociaciones para la llegada de capital, que es lo más importante. El grupo inversor de Páez y Moreno no termina de decidirse y el Extremadura podría estar abriendo una nueva operación con otro grupo inversor, según ha sabido este periódico. La historia sigue siendo de locura. El Extremadura, de momento, sobrevive.