El Extremadura UD firmó este sábado 26 de febrero la página más negra de sus 14 años de historia al no presentarse a jugar en el estadio de A Malata ante el Racing de Ferrol y consumar la segunda incomparecencia de la temporada en Primera RFEF, un hecho que le hará ser excluido de la competición y que significa el punto de partida de la liquidación y consiguiente desaparición de la entidad deportiva.

Realmente, lo sucedido ha sido la crónica de un desastre anunciado. Los jugadores del Extremadura decidieron mantenerse firmes en su postura de ejecutar la huelga, entre otras cosas porque desde el club no les llegó una solución real para asegurarles que el dinero era una realidad. El presidente Manuel Franganillo filtró que había una operación hecha y que el dinero llegaría la próxima semana. Se lo dijo al cuerpo técnico y también a algunos jugadores para convencerles de que fueran a Ferrol. Esto fue a última hora del viernes noche. Pero tanto unos como otros se remitieron al administrador concursal Bernardo Silva, que es el encargado de validar las operaciones y de, en caso de que hubiera algo firme, avisar a AFE para desconvocar la huelga. La respuesta del administrador concursal a este periódico fue concluyente: «no ha habido nada». Es decir, ninguna operación económica de consistencia. Era una patada más a la pelota a la desesperada para alargar la agonía. Pero esta vez el plan del presidente no funcionó. Los jugadores no entraron por el aro y el partido no se jugó. 

En el seno de los jugadores no han sentado nada bien unas declaraciones del presidente Franganillo a Cope Almendralejo indicando que «habiendo posibilidades reales de salvarnos, se han tirado del barco». Uno de los capitanes, Luis Peteiro, ha afirmado tajantemente que «nadie se ha tirado del barco. Hemos salvado al club y nos hemos dejado el alma», reconociendo que lo han hecho en condiciones muy adversas y dejando claro que eso no ha gustado nada a los futbolistas. aunque ya de poco importará porque el descenso es un hecho.

El Racing de Ferrol y el trío arbitral hicieron acto de presencia antes de las cuatro en el estadio de A Malata. Nadie les había confirmado nada. Vieron que el Extremadura no se presentó y ni siquiera se cambiaron de ropa. Esperaron la media hora de rigor y se firmó en el acta la segunda incomparecencia. Un bochorno final para cerrar el círculo.

Franganillo ha anunciado que comparecerá ante los medios de comunicación el próximo lunes 28 de febrero. Queda por saber si aceptará la nefasta gestión hecha o si querrá extender la vida del club de cara al próximo año. El Extremadura podría jugar en Segunda RFEF si salvara el match ball económico (que parece improbable), pero no podría ascender en el primer año. 

Desde el cuerpo técnico no han querido hacer declaraciones. Y, de hecho, Manuel no hablará hasta que sea baja por cese de actividad en el Extremadura UD. El club consuma su esperpento de temporada y deja huérfano de fútbol a Almendralejo. Pero nos será por mucho tiempo.