En la semana del 8M no está de más echar un ojo a los banquillos de los equipos cacereños de baloncesto en competición nacional. En todos ellos habitan mujeres que pueden erigirse como referentes en la lucha por la igualdad. María Reina (Cáceres Patrimonio de la Humanidad y Torta del Casar Extremadura), Celia Romero (Alter Enersun Al-Qázeres Extremadura) y Lola Martínez (Sagrado Corazón Lithium) forman parte de sus respectivos cuerpos técnicos con orgullo y capacidad. Cada una de ellas con una historia diferente.

María Reina, antes de un partido del Cáceres Patrimonio de la Humanidad. RUBÉN DÍAZ

MARÍA REINA

La ‘prepa’ gaditana que reivindica referentes

María Reina Román (Villamartín, 26-7-1993) llegó a Cáceres hace once años desde su pueblo natal en Cádiz para estudiar Ciencias del Deporte. «Pensé que iba a estar solo un curso, pero aquí me he quedado», resume. No le ha salido mal la jugada: su trabajo en el basket local como preparadora física la ha acabado llevando a entrar en los planes de la Federación Española en categorías de formación y en la selección absoluta de 3x3, que se quedó a las puertas de ser olímpica en Tokio.

En la sierra gaditana había sido jugadora de fútbol y baloncesto mezclada con chicos («siempre he tenido más amigos que amigas») y en Cáceres llamó a las puertas del Sagrado para seguir ligada a la canasta, pero tras dos años terminó en el San Antonio haciendo las prácticas de la carrera como entrenadora. 

«He dirigido a equipos minis e infantiles y también llevé la preparación física en un par de equipos cadetes. Y hace cuatro años empecé a hacerlo también en el filial de la Liga EBA, el Torta del Casar. Se me han abierto muchas puertas, pero es que he llamado a muchas puertas pidiendo trabajar», resume.

Esta temporada 2021-22 ha subido un escalón de forma muy gozosa. Integrada ya en la clínica Salubriá, ayuda a Mario Hellín en su labor como sempiterno ‘prepa’ del primer equipo de LEB Oro. «Es un apoyo, sentir que sigues avanzando. Por supuesto que estoy aprendiendo mucho de Mario, que lleva en el club desde que se fundó», comenta.

Con su día a día, Reina es sensible a lo que sucede ahora en la conexión entre mujer y deporte. «Estamos en una fase superimportante de la historia en la que estamos teniendo visibilidad y reconocimiento. Es importante porque mujeres que se dediquen al deporte ha habido siempre», dice. 

Asume que «es verdad que somos una minoría porque empezamos más tarde a todo», pero también que la situación va cambiando. «Cada vez hay más chicas y necesitamos referentes porque si no es muy complicado. Los chicos lo tienen más fácil por eso», asevera.

Según cuenta, nunca ha tenido problemas por trabajar con hombres («al relacionarte tanto con ellos como yo te conviertes en uno más») y muestra especial cariño por los jóvenes con los que lleva años en Liga EBA. «Te respetan, te admiran. Viven en una sociedad en la que todo está un poco más normalizado, pero sigue siendo necesario recordarlo porque hay que tener en cuenta lo que ha ocurrido a lo largo de la historia», apostilla.

Doctora en Ciencias del Deporte, quizás su futuro esté dando clases. «Sí que he pensado en terminar así, porque es algo que además me gusta, sobre todo por la experiencia que tengo en las canchas. ¿Si no la tienes, cómo vas a enseñar en el aula?», termina.

Celia Romero, junto al entrenador del Al-Qázeres, Jesús Sánchez. CB AL-QÁZERES

CELIA ROMERO

El ‘plus’ de una chica entrenando a chicas

Celia Romero Domínguez (Cáceres, 21-3-1997) puede presumir de que ha jugado en la máxima categoría del baloncesto nacional. Fueron apenas unos segundos en la temporada 2014-15, en la primera época del Al-Qázeres en la Liga Femenina. Y es que lo suyo con las canchas viene de muy lejos y aquello fue un premio y un reconocimiento a tanto esfuerzo.

«Llevo jugando desde que tenía seis años. Toda mi vida, del Femenino Cáceres hasta que se creó el Al-Qázeres», afirma con orgullo. «Sabía que me iba a dedicar a algo relacionado con el deporte porque siempre me ha gustado. Iba a hacer Fisioterapia, pero no me dio la nota, y acabé en Ciencias del Deporte», reconoce.

Así es que cuando dejó de jugar, quiso seguir vinculada al club. «Me metí de preparadora con la cantera., entrenando a niñas. Y me gustó», explica.

Su conexión con Jesús Sánchez, al que ya ayudó en el filial de Primera Nacional y que es el actual entrenador del Alter Enersun Al-Qázeres, acabaría siendo decisiva para que terminase en el cuerpo técnico del primer equipo. «Siempre confió en mí y estoy aquí por él. Quería contar con alguna chica en el cuerpo técnico y le dije que sin problema, que encantada», cuenta abiertamente.

No es una tarea que le pueda parecer difícil: a la práctica totalidad de las canteranas que ahora intentan hacerse un hueco en la Liga Femenina Challenge las ha tenido como jugadoras en la etapa de formación. Y eso suma seguramente a nivel interno: «ellas muchas veces para ciertas cosas tienen más confianza para hablarlas conmigo. Lo mismo les cuesta más con los otros entrenadores». Y es que «siempre viene bien tener una figura femenina en un equipo de mujeres. Te da otra cercanía».

Sí muestra preocupación por el hecho de que tantas chicas que juegan en categorías inferiores terminen dejando el baloncesto justo en el paso desde cadete a junior, cuando en Extremadura y en más comunidades desciende drásticamente el número de equipos femeninos en competición. «No lo acabo de entender», apunta. «Si te gusta, ¿por qué lo dejas? Supongo que es porque la gente tiene preferencias y a lo mejor el deporte no lo es», argumenta. Y su discurso conecta en cierto modo con el de María Reina: «como no se le da tanta visualización a lo que hacemos, es más fácil que las chicas lo abandonen. O te gusta y eres muy ‘friki’ de esto o lo dejas».

Sí que lanza un mensaje de esperanza. «Es algo que está cambiando. Cada vez hay más chicas en este mundo y baste el dato de que últimamente el número de fichas ha aumentado. Todo lo que podamos ir avanzando será bueno», asevera. 

Lola Martínez observa un partido del Sagrado Corazón. CEDIDA

LOLA MARTÍNEZ

La laureada nadadora que disfruta del basket

Para empezar, que quede muy claro: Lola Martínez Rodríguez (Mérida, 11-9-1979) es una leyenda de la natación extremeña. Su currículum como especialista en espalda es potente:becada en el Centro de Alto Rendimiento de Málaga a mediados de los 90, cuando fue campeona de España e internacional en la categoría absoluto joven, atesoró un cargamento de oro y récords en los campeonatos autonómicos. Ahora lo sigue haciendo en la categoría de veteranos a nivel nacional y europeo, incluyendo el pasado fin de semana en Pontevedra con elJerez Natación. En el Campeonato de España de invierno master sumó cuatro plusmarcas nacionales en la categoría +40. 

Tras ser directora técnica del Club Natación Los Delfines, desde 2020 trabaja como entrenadora personal (proyecto #encuerpoymente). Y hace unos meses se incorporó al Sagrado Corazón Lithium Iberia. Es difícilmente discutible que ha tenido parte del mérito en su papel como preparadora física del líder del grupo D-B de la Liga EBA.

«Mis niños ya estaban en la escuela del club y en el primer equipo me ofrecieron trabajar con ellos para dar un salto de calidad. Y la verdad es que estoy encantada», afirma. Le cuesta disimular su entusiasmo dentro de su aterrizaje en un deporte distinto para ella. «El rol de los deportes de equipo es diferente que en la natación, que siempre tiene algo de individual. Y también hay que centrarse mucho en el entrenamiento de fuerza en la pista. Era un reto para mí y me han acogido fenomenal. Me siento una más».

Los resultados se explican por sí mismos a las órdenes de Juan Pablo Márquez: primeros del grupo con 15 victorias consecutivas y un ojo ya puesto en la fase de ascenso a LEB Plata. «Los jugadores han crecido, han entendido lo que queríamos hacer. Tienen que aguantar bien lo que queda de temporada, al mismo nivel que lo están haciendo ahora», señala.

Además de a Raúl Martín, su entrenador y pareja, y a Antonio Fabuel de Mora, preparador físico, ella suele aludir a su madre, «viuda muy joven y con tres niños con los que tirar adelante. Solía decir que si quieres algo en esta vida, has de ser tú quien lo consiga». Así es que se multiplica en su proyecto personal, la piscina y la cancha de baloncesto. «No me canso compartir que soy madre, hija, pareja y trabajadora, fuera y dentro de casa, y que tengo claro que cada día hay un rato solo para mí, mis entrenamientos, mi tiempo, mi descanso, mis objetivos... En definitiva, esa es la idea: trabajar, entrenar, compartir e inspirar a las personas que me rodean, mantenerse en forma y tener un estilo de vida que les permita vivir mejor, más capaces, más motivados, más felices». Asegura no concebir la vida «sin el deporte y la competición».