Jugó desde los 9 hasta los 21 años con Álvaro Negredo. Su perfil es muy parecido. Delantero alto, de gran movilidad, potente en el juego aéreo y goleador. Fue compañero de Frank Ribery en el Olympique de Marsella y prácticamente un icono y estrella durante años en el fútbol de Austria. La carta de presentación de Dani Segovia es cuánto menos curiosa. A sus 36 años, este delantero enamorado de la vida tranquila de Extremadura, disfruta en el Montijo de una de sus mejores temporadas en Segunda B. Con ocho goles, ha igualado su mejor marca en la categoría, algo que logró hace años en el Conquense. «Estoy disfrutando mucho del momento. Cuando me llamó Emilio Blanco, le dije que yo ya quería quedarme con Madrid y que no viniera. Se empeñó, vino a mi casa y me convenció. Y ahora me alegro». 

Dani Segovia es el faro en ataque de este Montijo que deslumbra en Segunda RFEF. «Hombre, un playoff sería heroico para este club tan humilde, pero nada es imposible», avisa el delantero.

Dani nunca pudo jugar en Segunda, aunque tuvo ofertas cuando brillaba en Austria. «No me arrepiento porque allí viví seis años maravillosos. Jugué en Primera, fue máximo goleador, jugué en Europa. Fui muy feliz». ST Polten, Admira Wacker y Wolfsberger fueron sus equipos. También jugó en Azerbaiján y la India, «pero eso fueron ofertas que no se podían rechazar», reconoce Segovia. 

El pichichi del Montijo disfruta de un pueblo y una gente «que es maravillosa». Sobre el futuro, «nadie sabe. Estamos hablando, pero ahora lo importante son las siete finales que restan».