El Periódico Extremadura

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Balonmano

Ana Belén Palomino, de Cáceres y del 'Padu'

La portera extremeña recuerda sus inicios en el colegio cacereño tras ganar la EHF European Cup

Ana Belén Palomino, con el título de campeona de la EHF European Cup. CEDIDA

Con un peculiar acento, cacereño mezclado con canario («se pega, es inevitable»), Ana Belén Palomino (Cáceres, 14 de diciembre de 1996) lo tiene muy claro: «Siempre seré del Padu». Acaba de recibir la llamada de José Arellano («don José Arellano», dice ella), que la ha felicitado por la conquista de la EHF European Cup de balonmano con el Rocasa, y se lo ha dicho. «Él se reía y decía, ‘lo sé, lo sé».

A José Arellano, histórico director deportivo del Colegio Paideuterion, dice que le debe estar donde está. «Fue él el que en una clase de Educación Física me animó a jugar al balonmano. Si él no hubiese estado ahí, igual nunca hubiese acabado haciendo esto». Pero estando en el Padu era casi asignatura obligatoria y la hoy guardameta del Rocasa Gran Canaria se lanzó a practicarlo por seguir también los pasos de su hermano mayor.  

Ana Belén Palomino, cacereña con raíces en Miajadas, de donde son sus padres, ha sido la primera extremeña en la élite del balonmano español y también la primera en sumar un título, la EHF European Cup, que es la segunda competición continental. Lo conquistó el pasado sábado en el pabellón Martín Carpena a pesar de perder 29-25 ante el Costa del Sol Málaga . El resultado de la ida, 21-17, les sirvió a las canarias para llevarse a sus vitrinas el que es su tercer título europeo.

Han sido muchos los mensajes de felicitación que ha recibido desde el sábado. «Solo puedo estar agradecida porque tanta gente se siga acordando de mí». También ella se acordó de la tierra y dejó un mensaje en las redes sociales de la Federación Extremeña de Balonmano: «Con constancia y mucho trabajo se puede llegar donde quieras».

«Se siente mucha ilusión», dice aún emocionada Palomino. «Hay mucho trabajo detrás, ha sido una competición muy larga y difícil, porque nos hemos cruzado con equipos que podían estar perfectamente en la final». Ahora les queda terminar la Liga Guerreras Iberdrola, en la que marchan en quinta posición, y empezar a pensar en la siguiente temporada, en la que la portera cacereña seguirá en el conjunto canario con la idea de pelear por el título de liga. Será su cuarta campaña. 

 Con esa misma mentalidad ganadora aterrizó en Telde en el verano del 2019. El Rocasa acaba de ser campeón de liga y también de la EHF European Cup. Palomino había jugado ante en el Cleba de León (con apenas 17 años), el Puchi de Ibiza y el BM Castellón. «Ahí jugábamos para intentar salvar la categoría, ahora lo hacemos para ganar. Este es un equipo que aspira a cosas muy diferentes a los que había estado antes. Es mucha presión, pero es una presión muy bonita. Creo que a todos los deportistas nos gusta competir a este nivel, estar en la finales, jugar el máximo de competiciones, liga, Copa de la Reina, Europa. Y si encima hay recompensa...», apunta sin terminar la frase, pero con una sonrisa que lo dice todo. 

«Como si fuésemos una»

Además de competir por todo le atraía estar junto a Silvia Navarro, mítica guardameta del balonmano español que a sus 43 años sigue siendo decisiva. El pasado sábado en la final lo fue. También Palomino, con algunas paradas determinantes. «Es un espejo en el que mirarme, un ídolo, alguien de quien espero aprender mucho», decía la extremeña en el 2019. Tres años después la admiración sigue siendo la misma. «Siempre le digo que es como si fuésemos una, que sienta que estoy con ella, que para eso somos dos en el puesto. Somos grandes compañeras, nos llevamos muy bien. Casi podría ser mi madre», añade entre risas Palomino.

El Rocasa festeja el título. CEDIDA

El Costa del Sol-Rocasa del pasado sábado no tuvo nada de normal. En un año en el que el Barcelona de fútbol femenino consigue un récord tras otro de asistencia a sus partidos, la vuelta de la final de la EHF pasará a la historia por ser el partido de balonmano femenino con más asistencia. Fueron 7.183 los espectadores que ocuparon las gradas del Martín Carpena. «¡Fue una pasada!», cuenta. «Lo hicieron guapísimo, la presentación fue increíble. Yo tenía los pelos de punta, no me lo podía creer. La verdad es que lo prepararon muy bien», añade ella, reivindicativa también. «Esto demuestra que el deporte femenino y el masculino puede ser igual. Nosotras también damos espectáculo y con lo sucedido en esta final queda claro».

Hay camino por andar, reconoce, pero cada vez menos. Lo que ya está andado es lo de su primer título. De momento lo seguirá disfrutando en Canarias, pero tiene ganas de poder hacerlo también en Cáceres. «Eso será pronto».

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