El Periódico Extremadura

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Fútbol

Kapea, tributo al fútbol pasional en su adiós

El meta cacereo será homenajeado en un torneo de fútbol sala en las pistas de su barrio. Dice estar emocionado y agradecido

Kapea, en el derbi Cacereño-Diocesano en el 2017 en la Ciudad Deportiva. Antonio Martín

«Pienso seguir jugando hasta que pueda», decía Juan Antonio García Holgado, para todos ‘Kapea’ (Cáceres, 8 de octubre de 1979) en un reportaje publicado en este diario hace justamente siete años. Y sí, ya ha dicho adiós. Su pasión ha resistido, indemne, hasta esta temporada. “He decidido dejarlo. El fútbol me quita mucho tiempo, quiero estar más tranquilo. La ilusión ya no es la misma», dice con la perspectiva del homenaje en forma de torneo de fútbol sala que le está preparando su amigo Maxi en las pistas polideportivas Sergio Trejo Vaca, en Las 232 Viviendas, su barrio. Será entre los días 4 y 5 de junio. Será un tributo a la friolera de 35 años de fútbol. De puro fútbol. De fútbol de barro. 

Imagen parcial del cartel del torneo en homenaje a Kapea. Cedida

El eterno portero cacereño cuelga definitivamente los guantes por variadas razones, y no solamente por las relacionadas con su edad. «Esto es quitarle mucho tiempo a mi familia y, además, en los dos últimos años me ha costado más por problemas con el pubis», dice este entusiasta del fútbol que sin haber cumplido 15 años probó en el Real Madrid y que después ha completado una carrera hasta los 42 que ha incluido equipos como los de su ciudad, Cacereño, Diocesano, Veracruz, y otros como Guareña, Amanecer, Ciudad de Plasencia, Casar, Malpartida, Moraleja o Montehermoso.  

De todo ello se queda con el trato, mayoritariamente bueno, de sus compañeros y clubs, cuenta mientras conduce un camión de Provecaex, empresa de alimentación para la que trabaja desde hace cuatro años y se gana la vida. Como mejores momentos señala sus ascensos con el Montehermoso o el Diocesano, entre otros, y días especiales, como el derbi de Tercera entre el propio Dioce y el Cacereño en la Ciudad Deportiva. Por el contrario, el descenso a Regional Preferente con el Moraleja queda en el recuerdo como un mal sueño.

En el debe

«Me hubiera gustado ser profesional» dice Kapea, con un cosquilleo especial por lo que llega en las pistas en honor al desaparecido y añorado Sergio Trejo, «mi primo, como digo siempre».

«Siempre he estado muy apoyado por mi familia en mis locuras», agrega este deportista que se va con la cabeza alta de «hacer muchos amigos, que es lo que queda» y sorprendido con las muestras de cariño que ha recibido «y no solamente de Cáceres, sino de toda Extremadura; algo bueno habré hecho para que la gente me aprece. Sabía que me respetaban, pero no tanto. Me hace mucha ilusión».

Tiene dos niños, Iker (cinco años, que apunta a portero, y cuyo nombre está inspirado en Casillas, leyenda de su club del corazón, el Madrid) y Lidia (dos). Su hijo ya le dice que quiere emularle. Normal. Habrá visto la colección de camisetas de su padre, aunque algunas las ha regalado en el barrio.

Capea solamente ha sido expulsado una vez, en juveniles, en un Cacereño-Mérida de juveniles. Y desde entonces mucho tiempo, mucho fútbol, muchas paradas. Ahora jugará en la liga de veteranos de su ciudad. «Me han llamado unos pocos, no sé con quién iré», dice distendidamente. Pero nunca desligado del fútbol: también tiene en perspectiva ser preparador de porteros. Muy lógico y pasional todo, claro.

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