Rafael Nadal no está para sorpresas. Si decidió venir a jugar a Wimbledon era porque se sentía fuerte y preparado para un nuevo reto y, de momento, ya está en los cuartos de final por octava vez en el torneo. En una semana ya ha dejado en el camino a cuatro rivales, posiblemente débiles y de un ránking inferior, pero a los que tampoco les ha dado oportunidades. El último fue este lunes el neerlandés Botic Van de Zandschulp, del que se deshizo por 6-4, 6-2 y 7-6 (6), en un final que se le complicó más de la cuenta.

"Pienso que puedo hacerle daño en estas pistas de hierba. Tengo más confianza en mis golpes", había dicho Van de Zandschup, antes de entrar en la central para enfrentarse al tenista balear. En Roland Garros, sobre tierra, Nadal le había eliminado en octavos de final (6-3, 6-2, 6-3). Este lunes le ha demostrado que no es cuestión de la superficie de la pista. Cuando aprendes a ir en bicicleta ya no se olvida, aunque como Nadal no haya jugado en Wimbledon desde hace tres años.

Contundente y decidido

Nadal entró en la central con prisas. Contundente y agresivo. Decidido a pasar pronto la página de octavos. Van de Zanschulp creía en sus opciones y mantuvo el pulso. Salvó una primera rotura en el segundo juego y aguantó hasta que Nadal apretó un poco más el acelerador y le presionó para arrebatarle el saque y el set .

En la segunda manga Nadal tardó menos en hacer el 'break' (2-0), tras salvar un 'break point' en contra en el primer juego. Y otra vez Nadal cerraría el set con otra rotura.

El tenista neerlandés pudo lograr su primera rotura al inicio de la tercera manga (0-1), Nadal la recuperaría de inmediato en el siguiente juego (1-1). Repetiría en el sexto (4-2) aunque en el momento de cerrarlo Van de Zanschulp, sin nada que perder, logró igualar el marcador y forzar un 'tie break' en el que Nadal sufrió hasta el último punto antes de ganar el partido, gracias a un smash que el tenista neerlandés envió fuera de la línea de fondo.

Fritz, próximo rival

Nadal se enfrentará este miércoles en los cuartos de final Taylor Fritz que se deshizo, sin problemas, del austriaco Jason Kubler (99 mundial) por 6-3, 6-1 y 6-4. El tenista balear tiene una cuenta pendiente con el estadounidense después de perder la final de Indian Wells, lesionado en los abdominales, aunque Fritz tampoco llegó fino al partido que jugó con el pie anestesiado por una torcedura de tobillo en las semifinales, en las que se planteó la retirada.

Más problemas tuvieron para acceder a los cuartos de final Nick Kyrgios y Christian Garín para deshacerse, el australiano del estadounidense Brian Nakashima por 6-4, 4-6, 7-6 (2), 3-6 y 6-2, y el chileno del australiano Alex De Miñaur por 2-6, 5-7, 7-6 (3), 6-4 y 7-6 (10-6). Dos rivales que podrían cruzarse también en el futuro camino de Nadal, en semifinales.

Kyrgios, que eliminó a Nadal en 2014, volvió a montarse en una pelea contra el mismo, de la que no salió vencedor hasta después de 3 horas y 11 minutos, eso sí con 35 ‘aces’, 78 golpes ganadores y 78% de primeros servicios, como carta de presentación.

Nadal está a tres partidos de ese gran objetivo que sería su tercer título en Wimbledon, el tercer Grand Slam consecutivo de la temporada y el 23 de su carrera. Para eso aún queda un largo camino y es el primero en saberlo.

En su ruta han desaparecido rivales como el italiano Matteo Berrettini, el croata Marin Cilic -bajas por covid- el canadiense Felix Auger-Aliassime y Stefanos Tsitsipas, pero su vista está puesta en el cuadro superior del torneo donde está un tal Novak Djokovic, que este martes probará su gran momento con el joven italiano Jannik Sinner en el partido que abre la central (14.30, Movistar).